LA TELARAÑA: memorabilia

lunes, septiembre 4

memorabilia

La Telaraña en El Mundo.


Memorabilia


He repasado el árbol genealógico del Reino de Mallorca sin enterarme, apenas, de nada. Las historias del corazón no son mi fuerte y además parece haber bastantes higadillos por ahí esparcidos, triturados, traicionados. Podría acudir a la Associació per a la Recuperació de la Memòria Històrica y asesorarme sobre el pedigrí democrático de nuestros orígenes o nuestra bandera, pero están muy ocupados con la cara y cruz de las medallitas, premios y contrapremios. Tampoco sé si su memoria llega tan lejos y si las fechorías del Rei en Jaume -según algunos historiadores aragoneses- podrían dejarnos sin su presencia ecuestre en la remodelada Plaza de España. Lo suyo es auscultar los fantasmas del franquismo: el monolito de Sa Faxina, el busto del alcalde Garanya o el Bosque de la Memoria, en Calviá. La historia es un libro, pero ignoramos cuántos capítulos tiene.

Tampoco sabemos si Llauger se hizo ecologista para evitar que el calentamiento del planeta y la subida de los mares arramble con su chaletito familiar en Morer Vermell. Nos parece un justo pretexto para convertirse en activista de lo que debiera ser el ecologismo, una conciencia compartida y no el sostén de un grupúsculo ideológico. Pero hay que dar testimonio y llevarse las subvenciones; agruparse para medrar. Otros nos hicimos ecologistas extraviándonos. Buscábamos setas y encontrábamos indigestos bolets. Nos dejábamos la piel en las esparragueras y los pulpos, las sepias y hasta los caracoles jugaban con nosotros al escondite.

Ello explicaría mi malhumor ante los correos electrónicos que me ofrecen repugnantes dosis de baba de caracol para adelgazar. Para eso lo mejor es soltar lastre, caparazón y sudar hasta quedarnos en bolas. La costa será de todos, como la tierra, que tampoco. O el universo y las galaxias. Pero todo hay que trabajárselo. Ahora nos han quitado Plutón cuando creíamos que el tamaño no importaba. Otra mentira. Igual la vida es sólo un enorme síndrome pre-vacacional y el único trabajo serio es hacer esperar a la puta muerte, esa vacación eterna.


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2 Comments:

Blogger Luis Amézaga said...

¿Llamas puta a la muerte porque se va con cualquiera? :)

4 de septiembre de 2006, 21:11  
Anonymous Anónimo said...

Mmm no soy celoso:-))


Saludos!

Fx

5 de septiembre de 2006, 1:12  

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