LA TELARAÑA: la <em>payesía</em> ilustrada

sábado, julio 4

la payesía ilustrada

La respuesta al debate del sábado en El Mundo: ¿Es necesario que la compra del Mallorca la encabece un mallorquín?



Sí. Aunque pensemos que el tan trillado, indecoroso y maloliente, concepto de territoriedad es una perversión burguesa y nacionalista, un paso atrás en la sutil escala de la evolución a través del túnel del tiempo, un socavón en la superficie desleída de la inteligencia o un lunar putrefacto con mal diagnóstico; a veces -o siempre- conviene ser lo suficientemente flexibles como para que el estilizado junco de la realidad –esa maqueta de solares, arboledas, zanjas y pozos negros- no se nos acabe rompiendo. Es muy frágil ese tierno brote verde y más cuando hay tormenta alrededor. La hay. Nubes de gas. Colmenas de usura. Fanales de niebla. Arcas, sótanos y desvanes de vil, aunque preciado, metal.

Pero el tema viene de lejos. ¿Quién no recuerda al fontanero británico que anduvo cortejando a Grande –o viceversa- cuando aún las brevas no estaban maduras? Ahora ya lo están. Maduras y florecidas. Está Mateu Alemany deshojando una margarita que parece un trébol de no se sabe cuántos pétalos. A su acecho están Serra Ferrer y su séquito oculto y anónimo de capitalistas –esas dos cualidades son muy mallorquinas- y el madrileño Carlos González, de quién sólo sabemos su vieja afiliación a la corte de Lorenzo Sanz –un asiduo de los tribunales- y su reciente ridículo en la candidatura más “friki” que el Real Madrid tuvo nunca. No hay color. O sí. El color del dinero. ¿Púrpura como una túnica sagrada o verde como la esperanza, ese aliñado fajo de billetes por usar?

Así las cosas, todos sabemos que el dinero no sabe mucho de sentimientos y que el palco de cualquier club de fútbol suele convertirse en una lonja, una casa de subastas, un oasis de concesiones, encargos, adulaciones afectadas y sinecuras. Un comisionado no oficial de obras, contrataciones y servicios. La cueva de los cuarenta.

¿Cómo no ha desembarcado, pues, la plana mayor de UM, con Munar de presidenta natural, en Son Moix? No nos lo explicamos. Porque ese es el lugar natural de la payesía ilustrada en las nobles artes fenicias de la especulación y el regateo. La junta podrían completarla los sectores metalingüísticos y paramilitares del PSM y la OCB. Así, al perforar la meta ajena, le marcaríamos también un gol estruendoso al arco iris. Y es que no hay nada como hacer país y patria… al menos hasta que la grada agita, airada, sus pañuelos blancos de siempre. Y todo vuelve a recomenzar.

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2 Comments:

Blogger Unknown said...

En tiempos, don Juan March ya lo hubiese solucionado. Y sin que se le apagase el puro -creo que siempre, siempre, siempre, lo llevaba encendido.

Abrazos desde 'el tinglado', residencia estival de un servidor

Ángel

4 de julio de 2009, 18:20  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Pues no sé en el tuyo, Ángel, pero en el mío hace un calor de Infierno:-)

Abrazos!

PD.- Lo otro me asombra. [Escribir sobre lo que escribo y no inmutarme, sino divertirme]

4 de julio de 2009, 22:52  

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