LA TELARAÑA: espeleología de la urbe

viernes, agosto 28

espeleología de la urbe

La Telaraña en El Mundo.



Recuerdo el civilizado tránsito ciclista de Ámsterdam, su parsimonia eficaz y amable. También algún que otro ciclista con pinzas en los zahones de mi infancia, en las páginas de Enid Blyton y en el celuloide arruinado por la miseria de las calles de Pekín cuando la revolución cultural, ese juego para clases dirigentes, funcionarios de la guadaña o dómines de la UIB dictando lecciones magistrales sobre toponimia cívica en la UCE de Prada. Aquí al lado.

Por eso, cuando leo que Aina Calvo desea cambiar «el modelo de ciudad» de Palma no sé si reír o llorar. Nunca creí que las urbes tuvieran vida propia, pero sí que hay en ellas algo espectral que las define y diferencia, un ritmo y un aroma que se adhiere a la piel de sus habitantes sin esfumarse nunca del todo. Un desodorante fiel. O un pedrusco cosido en el zapato, y para siempre.

Pero si una sola piedra -aunque sea como la del IGME en la cueva Cronos1- oculta en sus estrías el secreto de diez mil años de cambios climáticos, el flujo de las mareas y el resuello glacial de los siglos y las civilizaciones, habrá que convenir que una ciudad -incluso Palma- ha de contener más enigmas, muchas más líneas -aún vigentes, rotas o abandonadas- de la evolución humana. Esos tesoros tienen algo, o mucho, que ver con nosotros. Convendría evitar que una plaga de carriles bici los sepulte. O no. Hay que dar de comer a los espeleólogos del futuro.

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2 Comments:

Blogger Unknown said...

Si se puede cambiar la atmósfera, cómo no se va a poder con una ciudad.

En Barcelona ya lo hicieron. Abrieron la ciudad al mar tras décadas de vivir de espaldas al mismo. Lo que contribuyó -y esa es la parte de la historia que no se explica- a un aumento espectacular de las dermatitis, claro. Eso sí, entre las denominadas clases populares.

Las ilustradas nos hemos seguido bañando en la Costa Brava.

Escéptico, que eres un escéptico.

Ángel

pd. por cierto, ¿qué te pasa con Prada?

28 de agosto de 2009, 19:07  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Je je je. No me pasa nada con Prada. Ni siquiera una dermatitis... Si acaso un sarpullido:-)

28 de agosto de 2009, 20:40  

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