LA TELARAÑA: Días de fútbol y pleitos

sábado, junio 26

Días de fútbol y pleitos

La respuesta al debate del sábado en El Mundo: ¿Cree que es bueno el desembarco de Serra Ferrer en el Mallorca?



Sí. Pero vaticinar cómo acabará, finalmente, este facsímil tan poco literario de La Historia Interminable –en realidad, la historia sin fin- no deja de ser una actividad de alto riesgo. Para empezar, y sin más intención que darnos un amable paseo turístico por entre las arenas movedizas del asunto, lo primero es aceptar que aún no se sabe muy bien ni qué se vende –en principio, un club de fútbol, una sociedad anónima, pero también un cúmulo indescifrable de deudas y derechos más o menos televisivos o políticos, que viene a ser lo mismo, un celaje impreciso de pasión, una seña de identidad cuajada de rotos especulativos y sietes inmobiliarios, un voluminoso fajo de recuerdos con su haz de alegrías y su envés de decepciones- ni, tampoco, quién es el que está, de hecho, dispuesto a comprar lo que no tiene otro precio que un futuro lo más estable y armónico posible. Nada menos.

Rescato ahora, de las hemerotecas, la lista que manejábamos hace sólo un año y me acaba saliendo un rosario de ambiguos tahúres o, con menor rigor poético, de presuntos impostores, jugando a la carta más alta –ese juego de recortes sobre el verde tapete del césped, las flores y también las dagas- en el siempre melancólico jardín de los deseos ajenos; a saber, Paul Davidson, Freddy Shepherd, el propio Serra Ferrer, Carlos González, los hermanos Martí Mingarro y, por supuesto, Mateu Alemany o Tomeu Vidal. En definitiva, un auténtico derroche de nombres, una lujosa colección de espantapájaros, un catastrófico catálogo de ilusiones rotas. Un lista blanca. O quizá negra. Una lista que aún no está cerrada, pero que la pueden cerrar, y de muy mala manera, «MediaPro» con su crisis económica y la guerra política de las televisiones, el Villarreal con sus denuncias, la RFEF y su presidente Villar, con sus caprichos y rencores habituales y, en fin, todo aquello que agriete aún más la precaria situación de un Real Mallorca que nunca anduvo tan próximo al desarraigo como ahora.

Por eso, el desembarco de Serra Ferrer –y sus huestes, sean estas las que sean- empieza a ser urgente, al menos si la sociedad mallorquina quiere seguir teniendo la posibilidad de presenciar fútbol en directo cada quince días o así. No es mi caso. Llevo visionado medio Mundial en el chino mandarín de los canales p2p de Internet y el otro medio en el abierto precario de las vuvuzelas al poder. Y no sé qué es peor.

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2 Comments:

Blogger Francisco Fuster Garcia said...

Amigo Juan: yo también optaría por el sí. Serra Ferrer o cualquiera que arregle - si es que se puede - el desbarajuste económico del Mallorca. Es muy triste - si finalmente se confirma - que no l dejen jugar la UEFA. Todo el año peleando por la Champions y al final...

Aprovecho el comentario para decirte que tengo en mi despacho y ya metido en un sobre un ejemplar - otro - de tu Tratado. Se lo prometí a unas primas que tengo lectoras de poesía y el otro fui a la Casa del Libro y lo pillé. Para sorpresa mía (pensaba que no habría y me tocaría pedirlo y esperar...), quedaban ´por allí un par ejemplares. Supongo que lo leerán este verano; ya te diré qué les ha parecido.

Un abrazo,
Paco

26 de junio de 2010, 13:53  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Mil gracias, Paco, por el detallazo impagable de darle algo de proyección al Tratado;-)

Un fuerte abrazo!

26 de junio de 2010, 13:59  

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