LA TELARAÑA: La fábula de la identidad

lunes, octubre 15

La fábula de la identidad

La Telaraña en El Mundo.
 
 Pese al diluvio, sigue haciendo, a ratos, un calor de mil diablos. En Vía Sindicato me sonríe una prostituta y me muestra las caries del infierno. Huyo, pero un poco más allá, en San Miguel, alguien grita sobre los pecados de la carne. Sonrío, imprudente, y casi me agrede con su Biblia. Me vuelvo a casa, incrédulo y destemplado, pero ya en la Plaza de España, en su centro geométrico y a la sombra de Jaume I, tropiezo con otro santurrón, también vestido de riguroso negro y con la misma Biblia negra que el anterior, clamando en el desierto del polvo del ladrillo sobre la ira de los justos y el camino de Dios. No sé si la salvación es posible, pero lo que sí sé es que no quiero que me salven.
 Luego las noticias me devuelven la liturgia y las maniobras de evasión de los de siempre, el viejo juego de la identidad entre la usura y las fluctuaciones del mercado, la noche oscura de las autonomías y no sé si del alma.
 Pero la identidad es una fábula oculta tras un telón que ahora sube y luego -también ahora- baja. Desconocemos quién maneja el mecanismo y acciona las palancas, quién se acuerda de nosotros cuando llega la noche y quién, en mitad del sueño, nos arranca del universo y nos lleva muy lejos o muy cerca, a un lugar insonorizado y aséptico donde no somos más que un pálido brote de asfixia. Es decir, un puñado de palabras.

 

 

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2 Comments:

Blogger Lectora said...

Vaya por un momento tuve sensación de deja vu, ya decía que me sonaba...
Pues sí, el que dijo aquello de "conócete a ti mismo" podía haberse quedado en "sospéchate a ti mismo" y vas que te matas ;-)

17 de octubre de 2012, 16:30  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Buena memoria!

Por los demás, sí, con intuirse ya es suficiente :-)

Un abrazo!

17 de octubre de 2012, 20:49  

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