LA TELARAÑA: El último emperador

martes, abril 1

El último emperador


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Para degustar el remolino tóxico de la existencia, catar su médula agridulce y palpar su resbaladiza realidad de limo (y sarpullido) hace falta recorrer los alrededores temáticos de la injusticia, el espectral y tétrico lenguaje o alarido de la sumisión y las mazmorras, el caudal asfixiante de la voluntad domada y hasta, quizá, tullida, las emociones azoradas, el reloj detenido de la esclavitud y otras cien mil perversiones. O más.
 Podríamos, desde luego, realizar este singular viaje recordando, sin ningún ánimo enciclopédico, algunas de las lecturas que nos iniciaron, inadvertidamente, en el tema. Podemos ir, por ejemplo, de Zola a Dostoievski, de Sade a Henry Miller, de Catulo a Georges Bataille, de Job hasta el mismísimo Apocalipsis.
 Estas lecturas, junto a muchas otras, forman parte de nuestra educación sentimental. Son, pues, importantes y hasta puede que decisivas. Nos ayudan, al menos, a leer y profundizar en los entresijos de la crónica prejudicial de Fernando Ferré y su Grupo Playa Sol sin que se nos atraganten, más allá de lo inevitable, las atrocidades de ese abigarrado paisaje donde el capitalismo consistía, aún, en ser el nuevo pretexto para la extorsión más antigua. La sombra vertical de un imperio sobre el sudor de una mano de obra que trabajaba de sol a sol bajo el sol infinito de Ibiza y que firmaba, presuntamente, sus contratos laborales en checo. Es lo que tienen los imperios. Que siempre caen en la tentación de eternizarse en algún idioma que no entiende casi nadie; salvo Franz Kafka, claro.

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3 Comments:

Blogger Lectora said...

Pues sí deberían vender el kit de máscara antigás para leer a Sade y a Henry Miller, nada como codearte un rato con ellos para apreciar el aire puro.

1 de abril de 2014, 16:29  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Apss, pues yo pasé grandes momentos con estos dos :-P

2 de abril de 2014, 11:26  
Blogger Lectora said...

No lo dudo, observo que has dicho grandes, que no buenos. Job tambien pasó grandes momentos.

9 de abril de 2014, 12:54  

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