LA TELARAÑA: Neofobias

lunes, noviembre 15

Neofobias

Mientras escribía estas líneas cayeron sobre Mallorca, dicen, mil cien rayos aunque yo sólo les puedo hablar de cinco: las cinco veces que la luz de mi casa ha parpadeado con rotundidad y el ordenador se ha reiniciado, destrozando una y otra vez mi artículo. Es un auténtico tormento escribir así. Más aún, es un suplicio que las ideas se comporten como si fueran aguanieve y justo un instante antes de cuajar desaparezcan irremediablemente. Mal asunto quedarse sin ideas.

Pero resulta un alivio constatar que, con ideas o sin ellas, el mundo sigue su curso. La memoria de estos días reúne – según un estudio del doctor Pich y la UIB - la incidencia de la llamada “neofobia” en los hábitos alimenticios de los jóvenes de las Islas. Al parecer, la neofobia consiste en rechazar de antemano cualquier novedad sin haberse tomado siquiera la molestia de probarla. Es un problema enorme. Por ejemplo: a mí no me gustan los filetes de hígado, pero no recuerdo si alguna vez llegué a probarlos. Sé que no me gustan; luego no los pruebo. Debo ser, pues, un neofóbico de mucho cuidado. El mismo problema deben padecer la mayoría de nuestros políticos cuando se les pregunta sobre la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. Ya dije, en su momento, que el hecho de que un solo niño sin hogar lo encuentre, arrincona la necesidad de desempolvar cualquier dialéctica, máxime si se la presupone tendenciosa y aburrida, pero tampoco sabría muy bien qué responder si tuviera que legislar sobre el tema.

Prefiero quedarme con la risible paradoja de ver a la izquierda balear alentando, con su aquiescencia, el imparable avance del colectivo homosexual y su curiosa revolución conservadora – por aquello de querer casarse y hasta criar hijos – mientras los dirigentes del Govern no saben todavía cómo encajar tanta unión afectiva y fiscal. Habrá que hacer números, porque de eso se trata. Pensar siempre es mucho más complicado que limitarse a decir que sí – o que no - a todo.


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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pos zí, es complicado pensar, pero no creas que al final soltarán el no ó sí rotundo, ya verás.
Me he acordado de los parones en la luz que sufría tanto en Mallorca, ayyyyyy qué mal de infraestructuras que está la isla...y cuánto dinero metido en casa, debajo de una losa, sin invertir.
Apa, saludos!!
Soy Noamanda

20 de diciembre de 2004, 17:21  

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