LA TELARAÑA

lunes, abril 28

El tiempo en tu ombligo

Quizá el tiempo exista, después de todo. No se niegan las evidencias si no es para descubrirse ante ellas y saberlas parte, y no todo, de un mismo engaño.

¿Qué hace el tiempo con nosotros? ¿Qué hacemos mientras el tiempo nos deshace?

Yo acudo a esas arrugas y a esos pliegues minúsculos de tu frente cansada. Y encuentro pensamientos que todavía no han nacido, y encuentro otros que no nacerán siquiera. También encuentro cadáveres y ruinas diversas, que se prestan al análisis, a la disección y luego al olvido. Esos cadáveres prenden las llamas, las dimensiones disparatadas, los consejos sombríos en el transcurrir de los días. Esos cadáveres son una prueba pero no un delito. Esos cadáveres te persiguen durante toda la vida. Es mucho más difícil olvidar que ser olvidado.

Recuerdo tu honda mirada y el tacto de tus dedos en los míos. Recuerdo tu vientre y tu ombligo. Siempre tu ombligo, sobre todo tu ombligo, esa huella indeleble. Y te encanta lucirlo y haces bien, que es lugar de origen y desgarro, lugar secreto que engendra soledades y convoca miradas. Quizá el tiempo exista, después de todo.

Al igual que tu ombligo.


...de Insomnios.


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