LA TELARAÑA: a gatas

sábado, marzo 11

a gatas


No acabo de entender a los más jóvenes. Me envían un email convocándome el 8 de abril a un macro botellón de unas cinco mil almas en el Paseo Marítimo, y hasta me lo adornan con las flores de una fiesta cívica, limpia e incluso tropical, si procede. No sé yo. ¿Por qué en el Marítimo y no en las terrazas de Cursach, en Es Baluard? Allí sí que hay buenas vistas, con perspectivas de vértigo y posibilidades de ensoñación, y además corre la brisa, lo que es un alivio cuando el alcohol endurece las neuronas. Pero hay dos motivos que avalan más, si cabe, mi propuesta: el primero es engrosar de manera automática la magra lista de visitantes del museo y el segundo, que podrían ahorrarse la limpieza, porque un montón de escombros, hábilmente colocados y firmados por algún artista de la casa, podrían convertirse en la escultura más valiosa del lugar. No hay demasiadas muestras de Arte Postmoderno en el museo de Serra.

Tampoco entiendo el empeño televisivo de mostrarnos las dolorosas imágenes de una familia turca andando a cuatro patas. Lo peor son las especulaciones con las que adornan el asunto; que si el eslabón perdido, que si una mutación, que si Darwin o Wittgenstein. Absurdo. Si quieren pistas más fiables que piensen en Chernobil porque desde la catástrofe de 1986 ya nada, ni la genética, funciona como debiera. Pero iré más lejos. Por mucho que a ambas especies nos guste andar por las ramas no me creo que el hombre provenga del mono. Prefiero la incertidumbre poética del misterio que la repetición de los tópicos como si tanto repicar de campanas fuera siempre a misa. Pues no.

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2 Comments:

Blogger Luis Amézaga said...

Nuestra mentalidad discontinua tiene muchos espacios en blanco. Desde el Chimpancé al Sapiens hay un salto demasiado grande, un territorio donde debe haber episodios intermedios en los que procrearan dos individuos de diferentes especies, o al menos individuos mixtos. Algo raro, pero indispensable en la evolución. Por eso algunos se llevan las manos a la cabeza (dónde si no) cuando ven a un sapiens "haciendo el mono". Pero me temo que no han dado con un gran misterio evolutivo. Y anímate y ve al botellón, quizá allí descubras nuestros orígenes sobre dos patas. Un milagro :)

13 de marzo de 2006, 12:13  
Anonymous Anónimo said...

Todavía hay chimpancés en los zoológicos. Dentro pero también fuera... así que no me aclaro:-))


Un anrazo, querido Luis

Fx

13 de marzo de 2006, 22:46  

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