¿sexismo?

La Telaraña en El Mundo. El enlace, ya que hoy no sale en el digital, es un bmp de los resúmenes diarios de prensa que saca el Govern en su web. No sé cuanto durará activo... Así que también lo dejo aquí abajo:


¿Sexismo?

A imagen y semejanza de nuestros antepasados neandertales de Asturias, que según los investigadores dejaron pruebas inequívocas de su condición de caníbales -buen provecho, queridos- ahora la NASA descubre otro canibalismo, esta vez espacial, al captar el instante preciso en que un agujero negro se zampa una estrella al completo como si fuera una doble XXL. Tras el regüeldo, salta a la vista que pasado y futuro se parecen de manera asombrosa, pero tanto fatalismo no me consuela. Quiero creer -aunque ya me cuesta- que el presente puede ser algo más que una simple pasarela para ir de un lugar a otro idéntico, donde nos devorarán nuestras adorables amistades o, en su defecto, un remolino de nubes y polvo interestelar. Sea como fuere no perderé un segundo en salvar la reputación del género humano. Me sobra con arruinar la mía.

Lo diré claro. Me gustan los anuncios sexistas. Lástima que no me añadan un toque distintivo de perversión porque sé que no estoy solo, sino muy bien acompañado, al otro lado de la pantalla y los pasquines publicitarios. Sólo se escandalizan los puristas del sexo genérico de los ángeles, que no son hombres ni mujeres sino todo lo contrario. ¿Qué son? Ni idea. Isabel Llinás, presidenta del Institut Balear de la Dona, lo sabe.

Esta prestigiosa asociación, de la mano del instinto celador del sindicato STEi -siempre a la vanguardia de la estupidez- ha ordenado la retirada de un cartel anunciador del Trofeo de Pádel Mallorca 2006, turbados por las firmes posaderas y el sinuoso perfil de una joven apoyada en una pared como si en el muro de las lamentaciones. No sé jugar al pádel ni esa maravilla de culo podría ayudarme a intentarlo. Una cosa es el culo y otra las témporas, pero qué sabrán esos censores... Nada. Lo malo es que cada día ven más fantasmas donde no los hay y no pueden ni acudir al recurso fácil del espejo para encontrarlos. Los vampiros son refractantes a la vida y al misterio de encontrar en el reflejo del otro la propia identidad.