lengua y libertad
La Telaraña en El Mundo. Como no sale en la edición digital pero sí en la impresa lo dejo aquí:
Lengua y libertad
El mundo no es lo que era. Ya dije, en su día, que los nacionalismos no iban a acabar con el proceso de globalización en que andamos embarcados y que su relativo auge sólo podía entenderse como el sarpullido que conlleva vacunarse contra alguna enfermedad común, como la estupidez o la incultura, el ombliguismo, el vértigo ante situaciones todavía huérfanas de referentes sólidos o el miedo a perder los privilegios de la raza y el derecho feudal de pernada, por ejemplo. Y lo que no dije entonces lo diré ahora. Si primero murió cierta idea maniqueísta de Dios y luego -o simultáneamente- las ideologías, ahora no es de recibo sustituirlas por la incivilizada y violenta jauría tribal de los nacionalistas. La tribu es otra cosa. Somos todos. ¿Tierra y Libertad? Pues sí, tal vez. Pero es hora de que los chamanes se retiren a sus aposentos. No necesitamos su censura ni sus oraciones.
Estas islas, como cualquier otro lugar sobre la tierra, son un aeropuerto, un oasis de tránsito y convivencia pasajera, una cruz más en el mapa del tesoro, que ahora es la posibilidad de interrelacionarse con quien nos plazca, donde nos apetezca. Por eso he recibido con alegría que el proyecto de Estatut aprobado por la mayoría política de Baleares no nos obligue a saber catalán. Pero iré más lejos. Tampoco se nos debiera obligar a saber, ni siquiera, español y lo digo convencido de que igual la tesis no se sostiene ni jurídica ni lógicamente. Pero no me importa. ¿Por qué? Muy simple. Una lengua es una visión del mundo y cada cual debiera ser libre de escoger la suya. Aquí, en Londres, en Costix y hasta en Barcelona, aunque sea difícil. Pero si nos insultan y hasta nos masacran por algo así de sencillo -defender sin imponer a nadie la propia visión del mundo- es que los intolerantes tienen un serio problema hormonal. Ya se les pasará en cuanto abandonen su estatus actual de grandes o medianos simios. Supongo.
Lengua y libertad
El mundo no es lo que era. Ya dije, en su día, que los nacionalismos no iban a acabar con el proceso de globalización en que andamos embarcados y que su relativo auge sólo podía entenderse como el sarpullido que conlleva vacunarse contra alguna enfermedad común, como la estupidez o la incultura, el ombliguismo, el vértigo ante situaciones todavía huérfanas de referentes sólidos o el miedo a perder los privilegios de la raza y el derecho feudal de pernada, por ejemplo. Y lo que no dije entonces lo diré ahora. Si primero murió cierta idea maniqueísta de Dios y luego -o simultáneamente- las ideologías, ahora no es de recibo sustituirlas por la incivilizada y violenta jauría tribal de los nacionalistas. La tribu es otra cosa. Somos todos. ¿Tierra y Libertad? Pues sí, tal vez. Pero es hora de que los chamanes se retiren a sus aposentos. No necesitamos su censura ni sus oraciones.
Estas islas, como cualquier otro lugar sobre la tierra, son un aeropuerto, un oasis de tránsito y convivencia pasajera, una cruz más en el mapa del tesoro, que ahora es la posibilidad de interrelacionarse con quien nos plazca, donde nos apetezca. Por eso he recibido con alegría que el proyecto de Estatut aprobado por la mayoría política de Baleares no nos obligue a saber catalán. Pero iré más lejos. Tampoco se nos debiera obligar a saber, ni siquiera, español y lo digo convencido de que igual la tesis no se sostiene ni jurídica ni lógicamente. Pero no me importa. ¿Por qué? Muy simple. Una lengua es una visión del mundo y cada cual debiera ser libre de escoger la suya. Aquí, en Londres, en Costix y hasta en Barcelona, aunque sea difícil. Pero si nos insultan y hasta nos masacran por algo así de sencillo -defender sin imponer a nadie la propia visión del mundo- es que los intolerantes tienen un serio problema hormonal. Ya se les pasará en cuanto abandonen su estatus actual de grandes o medianos simios. Supongo.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
Entiendo el idioma empleado, pero muchas veces no comprendo de lo que hablan. Eso es peor.
uhmm, hay algo peor, no comprender -o sí, que aquí viene a ser lo mismo- cómo pueden siquiera hablar de lo que están hablando:-)
Saludos
Fx
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