LA TELARAÑA

jueves, diciembre 28

Hay unas premisas anteriores. No hay forma sin contenido y ambas son la misma cosa, un ser mítico atrapado en el espejo de la realidad y sus sombras. Por eso prefiero un destello deslumbrante a un silogismo metódico, una frase sugerente –un hermoso racimo de hipótesis secretamente engarzadas- a la simple enunciación de una tesis cualquiera. Prefiero el pensamiento caótico al normativo. La rebelión del arte al gregarismo de la corrección política. El pensamiento libre a la redundante y artificiosa libertad de pensamiento.

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