Rescato de la caché de Google - la página ya parece haber desaparecido - este Diccionario Místico de Blake, resumen del libro "Pequeño Diccionario de William Blake" (Editorial Alejandría, 1992, Barcelona, España. ISBN 84-7651-086-1). Su autor es Cristóbal Serra.
ÍNDICE ALFABÉTICO
A
Albion: En América, se identifica Albión con Inglaterra y el ángel de Albión con el rey de Inglaterra, como símbolos de la "vieja" ley. En los otros libros proféticos, Albión es, en cambio, el Hombre Eterno, el gigante original caído de la prístina armonía. Este carácter está sacado de lecturas esotéricas y tiene quizá algún punto de contacto con el adam Kadmon de los Cabalistas y con el símbolo "Hombre" de los escritos de Swedenborg. Encontramos el símbolo ligado con el mito de los Druidas y con su curiosa teoría de los orígenes hebreos de la Gran Bretaña. Para Blake, los más antiguos israelitas fueron druidas. Lo que se deduce de las profecías de Blake es que, cuando Albión, el hombre universal, cae, entonces cae Dios también; lo cual quiere decir que nuestros dioses están moldeados de tal modo que expresan nuestra condición. si estamos imbuidos del sentido del pecado, nuestro Dios es un juez; si hinchamos nuestra razón, nuestro Dios es racionalista.
FRIDLANDER: El nombre está probablemente relacionado con Alban, antiguo nombre de una planicie escocesa, con el galés Alp o Ailpe, alta colina rocosa, con el latino Albus, blanco, y quizá también con Alpa, el padre universal, el mantenedor, la roca alta de la cual brotan las aguas de la vida.
Ángel
Ángel, en griego, significa: enviado. El ángel bíblico es un ser intermediario que asiste a Dios para establecer la comunicación entre él y los hombres. Desde la Edad Media, esta palabra designa seres creados, superiores al hombre, espíritus "puros". En el Las Bodas del Cielo y del Infierno, el ángel es usado irónicamente para indicar la aceptación de la moral común, social, y de los códigos religiosos. El principal objeto de la sátira de Blake es dejar malparada la enseñanza de Swedenborg sobre los ángeles. Ésta debe haber exasperado a Blake más que cualquier otro punto del sistema swedenborgiano. Se vengó, pues, con un trato acerbo a los ángeles, presentándolos como idiotas ñoños, que es el rasgo que ofrecen en las Bodas.
B
Bromion
Es una emanación de Urizen, hijo de Los y de Enitharmon. Egoísta, mentiroso y brutal, es el paladín fiel y limitado de la Ley de Urizen. En las Visiones de las Hijas de Albión, Blake pone en boca de Bromion un razonamiento que, de interpretarse políticamente, convierte a Bromion en el símbolo del conservadurismo feroz, preocupado por el mantenimiento de los privilegios, y en consecuencia, partidario de que se perpetúen todas las sumisiones.
DENIS: Es muy probable que los nombres de Oothon, Theothormon, Bromion y Leutha fueran sacados por Blake de un poema de Ossian, cuyos personajes son Oithona, Thonthormod, Bromo y Lutha.
C
Cielo, Infierno
En teología, "cielo" puede ser una metáfora para designar la plenitud de salvación del hombre definitivamente salvado por Dios, sin que sea necesariamente un lugar. Por "infierno" se entiende la expresión popular que designa el estado del que no ha alcanzado la bienaventurada comunión con Dios, o sea, el cielo, y las consecuencias positivas del estado que consiste en estar personal y definitivamente alejado de Dios y en oposición personal y definitiva con el orden divino de las realidades creadas, consecuencias que tienen el carácter de un castigo. En las Bodas del Cielo y el Infierno, los dos símbolos, que no convienen con la teología tradicional, son sacados del De Coelo et Inferno de Swedenborg, pero tratados satíricamente, modificados y transformados por Blake con absoluta libertad. Añadiéndoles el término significativo de Bodas, Blake da a entender su discrepancia respecto a Swedenborg. Éste acepta la opinión común de que el mal debe ser eliminado en favor del bien, mientras que Blake considera los "Contrarios", sin los cuales no cabe "avance". El moralista ve el Cielo y el Infierno separados por un abismo insuperable, mientras que, para Blake, son complementarios, ya que declara en Jerusalém (A los Cristianos): "El Infierno está abierto al Cielo".
La expresión "Bodas del Cielo y el Infierno", esto es del bien y del mal en cuanto se encuentran mezclados en el universo, procede precisamente de An Appeal to all that doubt or disbelieve the Truths of the Gospel (London 1742), obra de William Law, el seguidor inglés de Boehme que sin duda Blake conocía.
D
Dios
(Del latín Deus; en griego: theos; en hebreo: El, Elohim, Yahvé). En español, Dios es el nombre de Aquél que se revela, según el testimonio del Antiguo Testamento, como el Incomparable, como el Ilimitado, como el Vivo por excelencia.
Voces contrarias o ensombrecedoras se levantaron entre los pensadores. Sin ir más lejos, Platón, que tantas simpatías despertó en la cristiandad, ante la maldad y la miseria del mundo, llegó a conclusiones casi tan sombrías como las del Budista que considera la existencia un mal. En el Timeo pinta el mundo material como esencialmente vil y se muestra incapaz de comprender que la pura y sagrada Divinidad se albergue en él. De acuerdo con esta idea, separa al Creador de su creación. Este punto de vista pasó a los gnósticos, para quienes el más enigmático problema de la filosofía era cómo explicar la acción del Dios espiritual sobre el universo material. Impotentes para explicársela, afirmaron que el mundo estaba en poder del diablo y que estaba lejos del ser divino.
Los Padres griegos, guiados por Clemente, se desposaron con un elevado teísmo y despejaron como pudieron el torrente de razones del pensamiento gnóstico. Sus puntos de vista no contentaron a San Agustín que, apoyándose en la maldad del hombre, adoptó la vía más pesimista que cabe imaginar. En su doctrina del pecado original, representa a una humanidad amputada, a la que se le ha cortado toda relación con Dios, accesible tan sólo a través de los buenos oficios mediadores de una iglesia organizada. Comparada con la idea de los Padres griegos, ésta era una concepción bárbara, pero es la que prevaleció en toda la Edad Media. Quedó de tal modo incrustada en lo más hondo de la cristiandad latina, que aún sigue dominando igualmente en las iglesias católicas y protestantes. Con escasas excepciones, quien nace de padres cristianos, en la Europa occidental o en América, crece con la idea de Dios cuyo esquema quedó cincelado en las mentes por San Agustín, hace quince siglos.
Tanto es el arraigo que ha tenido, que domina igualmente los razonamientos de creyentes y de escépticos, de teístas y ateos; subyace a la vez en las objeciones de la ortodoxia a los avances de a ciencia y a los asaltos del materialismo sobre cualquier concepción religiosa. Y así podemos culparla, en cierto modo, del complejo malentendido, de la lamentable confusión, denominada conflicto entre la religión y la ciencia.
Blake proclamó, invirtiendo el orden de la frase, que "Dios es Jesús". Pero, al definir la Deidad como la Segunda Persona de la Trinidad, Blake no eliminaba a las otras Personas, pues son aspectos de Jesús. Mientras estuvo todavía en la tierra, Jesús afirmó que era uno con el Padre (Juan X:30) y después de su muerte -ésta fue singular afirmación de Blake- "se convirtió en Jehová", el Dios misericordioso. En cuanto al Espíritu Santo, Blake creía que era efluvio de Jesús, fuente intelectual que, al emanar de Él, llega al hombre. Blake comenzó una oración así: "Jesús, Padre Nuestro, que eres en tu Cielo llamado por tu Nombre El Espíritu Santo".
Jesús es el Dios humano. En una de las Notas a Lavater se lee: "La Naturaleza humana es la imagen de Dios". En Jerusalem es donde definitivamente afirma: "La Adoración de Dios consiste en honrar sus dones en otros hombres y amar a los más grandes rectamente, a cada cual según su Genio: que es el Espíritu Santo del Hombre. Que otro Dios no hay sino el Dios que es la fuente intelectual de la Humanidad. Quien envidia o calumnia, que es saña y sevicia, mata lo Santo".
La teología ortodoza enseña que Jesús bajó del cielo y vivió en carne mortal para salvar al hombre caído. "Y el Verbo se hizo carne". Así el Creador se convirtió en Redentor, en Salvador.
Para Blake, esto era un proceso eterno, interminable: "Dios llega a ser como somos, para que podamos ser como es".
En Blake queda anulada la vieja distinción de las dos naturalezas de Jesús. Para él, la divina y la humana eran idénticas, porque, si es humano, es divino. Blake distinguió, sin embargo, entre lo Eterno y lo Mortal. En este cuerpo Jesús pudo errar y erró.
A Blake lo encontramos de ese modo al lado de Jesús y en contra del colérico Dios viejotestamentario. A éste lo bautizó con un nombre bastante despectivo: PAPINEMO (Padre de Nadie). "¿Por qué estás tan callado y no te muestras, Padre de los Celos? ¿Por qué te celas en las nubes a todo ojo que te busca? ¿Por qué la tiniebla y la oscuridad rodean tu palabra y leyes? Tanto, que nadie se atreve a comer del fruto, si no es en las fauces de la astuta serpiente. Quizá porque lo secreto se gana el aplauso femenil".
E
Edén
Esta nota podrá parecer una de las más aventuradas, si es que alguna hay que sea aventurada. Pero, al tener conocimiento de lo que ha escrito O.V. de Milosz sobre esta palabra, no puedo seguir la trillada explicación que suele dársele.
En hebreo, el verdadero nombre del edén es Gan-Eden, que puede llevarnos con An-Eden y An-nda hasta andalucía. La tésis de Milosz -que supuso muchos años de aplicación al estudio del vascuense (eúskaro)- es que Anda, este paraíso de los Íberos, era nada menos que el Gran Edén de la Biblia. El autor de estas notas comparte la opinión milosiana de que el centro de la civilización neolítica occidental se asentó en una Andalucía poblada por íberos pre-hebreos, que se agruparon alrededor de la comarca más hospitalaria, más bella y más rica del Antiguo Mundo, la huerta de Ávila-Valencia.
El jardín del Edén se traducía en griego por paradeisos, de donde viene la denominación de Paraíso. Esto es lo que se cree comúnmente, pero la autoridad de Milosz aclara que Pardes, el paraíso andaluz, viene de SPARAD, que es el nombre hebreo de España.
Éste es el Edén al que la onvestigación sutil ha llegado. Otro edén es el bíblico, que aparece diseñado en el Génesis. En él se hllaba la morada ed Adán. Contenía todas las especies de árboles bellos y fructíferos, incluyendo el árbol de la Vida (inmortalidad) y el árbol prohibido del conocimiento del Bien y el Mal (tradicionalmente un manzano).
Este jardín terrenal fue obra de Urizen, según idea de Blake. Después de haber promulgado sus leyes, Adán se apergaminó y se convirtió en puro esqueleto. Luego, "todo el jardín de Dios se incendió con el sol en un día de furor y de guerra". Esto es lo que nos dice Blake en Jerusalem.
El Edén espiritual, que aparece en los últimos libros proféticos, indica la más elevada de las cuatro "regiones" o "estados" de la humanidad. A través de la conciencia individual puede ser alcanzado, siempre que ésta se identifique con la suprema realidad espiritual. Inalcanzable, en cierto modo, por tratarse de una rara experiencia. Sin embargo, parece ser que el poeta lo había experimentado, si hemos de dar crédito a sus palabras.
Edom
En Isaías XXXIV y XXXV encontró Blake dos capítulos proféticos que debió leer en un sentido "infernal o diabólico", pues les da el carácter de documentos revolucionarios que predicen la ruina de toda autoridad y el logro de la alegría que acompaña a la limpieza de las puertas de la percepción.
Espectro
SLOSS-WEISS: "Espectro" aparece primordialmente, no como símbolo, sino más bien como imagen del terror. Pasa a símbolo cuando Blake lo pone en relación con la vida mortal, considerada como el solo medio de regeneración. "Espectro" es el símbolo también usado frecuentemente para condenar la actividad de la Razón no iluminada y sus consecuencias en el campo de la ética; implica en efecto la noción de un Dios trascendente que domina sobre las mentes serviles y que, en cuanto creador del hombre y de su universo, pretende de él adoración. A tal ser Blake lo apellida indistintamente Satanás, Papinemo o Dios. Constituye una inmensa proyeción de la naturaleza y del ser racional, infinitamente potente.
En el hombre creado, la tendencia del Espectro está todavía dirigida a la hegemonía y a la autosuficiencia. El símbolo representa entonces la razón crítica, antagonista de la Visión (Jerusalem, cap. III, 74-10): "The Spectre is the Reasoning Power in Man": "El Espectro es el Poder Razonante en el Hombre"; sus abstracciones son negaciones de la constitución espiritual de la Realidad. pero, el hombre puede, mediante la inspiración, avasallar el "dominante espectro racionalizante" hasta obligarlo a servir a las obras espirituales. Esta era la experiencia personal de Blake en su arte, por eso vemos a Los forzar a su espectro a asistirle en su empeño de regeneración.
Símbolos equivalentes a "Espectro" son: Los hijos de Albión, opuestos a la Visión, moralizadores; Vala y Rahab, opuestas a Jerusalem; la Guerra y la Venganza; el Druidismo y Satán.
H
Hijos de Albión
SLOSS-WALLIS: Los Hijos de Albión son doce. Su función es idéntica a la del Espectro, como se desprende de los pasajes que nos los muestran asociados con la moral racionalista, con Vala y con Rahab, y opuestos a la Visión y a Jerusalem; asociados también con la Guerra y la Venganza, con el Druidismo, con el Espectro de Luvah. Como el Espectro, los Hijos de Albión son obligados por Los a participar en sus fines de regeneración.
Hijas de Albión
SLOSS-WALLIS: En general existe una identidad entre las Hijas de Albión y Vala. Las Hijas de Albión son mencionadas por primera vez en las Visiones de las Hijas de Albión, donde representan alegóricamente las almas de los hombres sujetas a las restricciones de la Religión. Usado en relación con el universo fenoménico, el símbolo Hijas de Albión significa más bien las fuerzas espirituales que descarrían al hombre. Representa las actividades femeninas perceptivas, correspondientes a las actividades varoniles "espectrales", los Hijos de Albión. Más a menudo las Hijas de Albión simbolizan la crueldad de la "Religión Natural", fundada sobre el castigo, destructor de la vida espiritual.
FISHER: Las Hijas de Albión representan, en oposición a las Hijas de la Inspiración, la voluntad femenina de Albión. Son también llamadas las "Emanaciones de los Muertos" y asociadas a Babilonia.
I
Infierno
Según el judeocristianismo, interpretado por la Teología, esta palabra indica el lugar de castigo de los diablos y de los condenados. Pero, mirándolo bien, la antigua creencia judía distaba bastante de la cristiana sobre el Infierno, que, en el curso de los siglos, han sustentado los teólogos. Para los Judíos, justos y pecadores iban a un mismo lugar (el sheol). Allí no dormían, como algunos han dicho, pues Samuel manifiesta a la medium o pitonisa de Endor que ha sido turbado en su estado que, al parecer, no corresponde a un sueño letárgico absoluto. La invocación a los muertos estaba condenada por la ley mosaica.
Esta diferencia que acabamos de subrayar se desvanece un tanto, si recordamos que el descenso de Cristo a los infiernos figura, desde el año 950, en el símbolo de los Apóstoles. Se trata de los infiernos, no del infierno. La palabra no tiene aquí viso alguno de condenación eterna. Se trata simplemente de lugares "inferiores", que se representaban generalmente bajo tierra, como los sepulcros. A este fenómeno se le ha querido dar una explicación que no tuviese carácter religioso y se ha dicho que la causa no es otra que la atracción geocéntrica que atrae bajo tierra los elementos perecederos del psiquismo humano. Y han ido más lejos, al decir que dicha atracción o telurismo, siendo un fuego o fluido radiante, ha dado lugar a la noción del "fuego infernal".
Hasta ahora no se ha dicho lo que viene en los Sinópticos. Jesús, a tenor de lo que allí se lee, no muestra un interés "directo" por el Infierno, en el sentido de que se limita a hablar de: gehenna, horno de fuego, crujir de dientes y tinieblas exteriores. Sólo, en el cuadro apocalíptico del juicio final, se precisa el castigo: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles". Separación de Dios, tormento sin fin, suplicio de fuego, en compañía de demonios... Con estas palabras, huelga cualquier añadido a la Teología del Infierno. Sin embargo, Blake quiso añadir lo propio, o mejor, matizar, como siempre hizo. En uno de sus comentarios a Lavater, escribe: "No creo que haya tal cosa (el Infierno) literalmente". Y, refiriéndose al Dante, corrige al florentino de ese modo: "Si Dios hace que llueva para el malo y para el bueno, y que salga el sol para el justo y el injusto, no hubo de disponer un infierno dantesco, ni uno bíblico, tal como los párrocos lo exponen a los fieles".
Donde más subvertida queda la enseñanza tradicional es en las Bodas del Cielo y el Infierno, cuando escribe que: la Energía es el Eterno Deleite y que, por seguir las propias Energías, el hombre no será atormentado.
La emprende contra Swedenborg, porque éste no se ha liberado de concepción tan opuesta a la suya y exclama, para después ironizar: "Oh Dios, Tú no eres un Vengador. ¿Perdona la Corrupción sólo a condición de que se tenga Pureza? Esa Deuda no es perdonada. Esa Corrupción no es perdonada".
Está claro que, para Blake, el Infierno no pasa de ser un "estado" más, y los "estados" de la mente son algo a través de lo cual pasan los individuos. Por eso, se pregunta: ¿Qué son los dolores del Infierno sino Ignorancia, Lujuria Corporal, Ociosidad y Devastación de las Cosas del Espíritu?
En otras palabras, el Infierno es dar la espalda a la Divina Visión. Es la negación del Genio Poético que es Dios. Es la "Muerte Eterna", el corte o desconexión con la Eternidad, pero este corte no es eterno, a causa de la Divina Compasión.
J
Jehová, Jesús
SLOSS-WALLIS: Jehová es el legislador del Sinaí que, destinado a llevar a término la regeneración del hombre, resulta por el contrario fuente y símbolo de la enfermedad espiritual. A él le corresponde la creación del mundo, pero igual parte tuvo Satán en la creación. En este sentido, Blake se acerca a la concepción gnóstica de un Dios creador de este Mundo de la Naturaleza y de Adán (el Hombre Natural), espíritu obstinado, cuya Ley y cuyo tiempo Jesús ha venido a abolir.
CAZAMIAN: El Jesús de Blake, perdón universal, condición necesaria del amor entre los seres, quiere que el hombre se atreva a ser lo que es, y realice plenamente, en feliz concordia con todos, su suprema y divina originalidad. Este Jesús ardiente y desencarnado, este Jesús, que a lo largo de su obra ha asumido formas tan diferentes, que es todo efusión, no guarda apenas parecido con el Jesús que muestran las iglesias.
L
Los
SLOSS-WALLIS: Los es el Tiempo, hijo de Urizen, el creador de este mundo. La concepción de Los como tiempo persiste ininterrumpidamente a través de los Libros Proféticos. De Los, el Tiempo, llega a separarse Enitharmon, Espacio. El hijo de Los y de enitharmon, Orc, es, en la visión mítica de Blake, el símbolo de su evangelio anárquico, el espíritu de rebeldía. En Europa y en el Canto de Los, sin embargo, Los y Enitharmon son presentados como los artífices de la servidumbre moral e intelectual del hombre, función exactamente opuesta a aquélla que después les es atribuida.
Lucifer
Traducción latina del griego phosphoros, que significa: que trae la luz, astro de la mañana. Aunque al Cristo se le haya comparado al astro de la mañana, el nombre de Lucifer va unido estrechamente al de Satán, jefe de los ángeles caídos. Esta es una confusión que se remonta a la antigüedad rabínica y que llega hasta nuestros días. Difícilmente se le puede confundir con el daïmon planetario. La culpa quizá la tenga la misma escritura y concretamente el libro de Job, que presenta a Satán como el jefe de los ángeles rebeldes, cuando tal jefatura es propia de Lucifer.
Jesús llamó certeramente a Satán "Príncipe de este mundo". Realmente, es el daïmon que distribuye los medios de dominación, todos ellos ligados a las fuerzas telúricas. El dinero podría ser una de ellas, ya que, como fuerza pasional y oculta, tiene demonio.
El término Lucifer se aplica al ángel rebelde, fulminado y maldito, que se convirtió en el Anticristo cósmico, es decir, el sol negro que tiene correlación con el sol de oro.
Blake escogió a Lucifer para que fuese el primero de los Siete Ojos de Dios, o sea, el paso inicial que aleja a Dios en el camino de la experiencia. Lucifer era proverbialmente orgulloso, su ciego egoísmo le inspiró la idea de constituirse en el centro del universo. (Nada está más centrado en sí mismo que el recién nacido).
Como ojo de Dios, sin embargo, Lucifer no es Satán; tampoco es adecuado para la salvación del hombre. "Lucifer se negó a morir para Satán y fue su orgullo lo que le hizo olvidar su misión". En Milton, Hillel, que es Lucifer, "como el primero de los siete ángeles de la Presencia", dice a Milton que no son individuos sino Estados, a través de los cuales debe pasar el hombre,
M
Milton
BERGER: Si bien en el poema que lleva su nombre, uno de los mayores Libros Proféticos, Milton es símbolo del poeta "inspirado", del "espíritu de profecía", y por tanto asimilado a Los, Blakeno debe lo más mínimo a Milton, al que, por otra parte, estimaba tan sólo poe el relieve que había dado a Satán en el Paraíso Perdido. Por lo demás Milton aparecía ante los ojos de Blake como el siervo y el secuaz de las detestadas doctrinas de Jehová.
SCHORER: El poema Milton fue una crítica de su poeta favorito y una reorganización de la mente miltoniana. Al propio tiempo que apreciaba los poemas de Milton, creyéndose mejor intérprete de ellos que el propio Milton, deploraba el énfasis del siglo XVII sobre la Razón y el interés puritano respecto a la moral.
El defecto original que Blake descubrió en Milton es que se había puesto del lado de los ángeles, las fuerzas represivas, cuando en realidad era "del bando del demonio sin saberlo", el bando del creador revolucionario. Los destructores exaltan la razón y la ley a fin de negar la energía y la vida impulsiva, y se quedan en destructores, ya sea bajo la capa de los tímidos y píos ángeles de las Bodas del Cielo y el Infierno, ya sea como Urizen, desafiando a Luvah, o como Jehová negando a Jesús.
SAURAT: La influencia directa de Milton sobre Blake es evidentísima en los Cuatro Zoa y en Milton. Un estudio comparativo podrá demostrar ampliamente que Blake usó y transformó material miltoniano. En repetidas ocasiones, se ha sugerido la afinidad entre el Urizen de Blake y el Satán de Milton. Urizen trata de conquistar el poder supremo, cae, establece su dominio en la tierra sobre todos los hombres mediante la falsedad de la religión y finalmente es vencido por Jesús. En las líneas esenciales, esta aventura es comparable a la del Satán de Milton, pero los detalles episódicos y los significados a éstos atribuidos por Blake quedan muy lejos del mundo de Milton y de sus ideas sobre el arte.
R
Rintrah
Hijo de Los, representa la pasión y el furor, pudiendo decirse de este "estado" lo que se ha dicho de Palamabron. En los primeros libros proféticos, aparece como un demonio de la ira y de la furia, y se muestra especialmente en Europa y en África entre los hijos de Los y de Enitharmon; es, por otra parte, un instrumento de Urizen que impone sus leyes y religiones al hombre. El significado que pueda tener en las Bodas del Cielo y el Infierno, aunque similar en cierto modo con el pasaje de Europa (II, 127-130), puede arrojar cierta luz sobre este símbolo. Allí Rintrah contribuye a frustrar una tentativa prematura para derribar el poder de Urizen, el símbolo de la represión. Del mismo modo, en el Argumento de las Bodas del Cielo y el Infierno, Rintrah podría ser figura de la perversidad, que es presentada como Moral bajo el símbolo "Ángel" de las Apariciones, al cual corresponde "el Abyecto" del Argumento, mientras "el Justo" llega a ser un diablo.
S
Satán
SLOSS-WALLIS: Símbolo utilizado a menudo, que hace referencia a la pretensión de la mente racional de autosuficiencia y de divinidad. Satán no representa obligatoriamente todo el mal posible e imaginable, sino sólo aquella parte de éste que la Divina Voluntad permitió antes de que se iniciase el proceso de regeneración. En pocos pasajes Satán es concebido como un ser malvado, y aun en ésos, se refiere generalmente al estado de caída de este o de aquel personaje o carácter de la mitología blakeiana, y también tal vez a la personificación del conjunto de todos los "espectros de los muertos", esto es, de todos los males que se concentran en un solo "gran mal", exactamente como todas las virtudes se reúnen, en suma, en una única suprema virtud, Jerusalém, o bien como todas las realidades se concentran en una única realidad, la Congregación de Dios, Jesús. En rigor, Satán debe ser concebido como un "Estado" y no como una "Existencia humana".
CAZAMIAN: A través de divagaciones mitológicas, las revelaciones crípticas, la hinchazón arqueológica y la teología abracadabrante de VALA, Milton y Jerusalem, se transparenta (al fin puesto en evidencia) el mensaje del profeta. Será quizá captado en una forma más precisa y más clara teniendo presente el sentido y la evolución de dos figuras que no han cesado de flotar en el horizonte de su pensamiento y que recobran para él, al final de su vida, el lugar de primer plano que les atribuye el Cristianismo primitivo: la de Satán y la de Jesús.
El principio del Mal, después de haber encarnado en las Bodas del Cielo y el Infierno la "energía", es decir, las fuerzas de la vida y del porvenir, reviste una complejidad desconcertante en la baraúnda de los Cuatro Zoa. En la iconografía de Blake, aparece primero radiante de juventud y de belleza, semejante a un efebo antiguo; se identifica luego más y más con la serpiente que, algunas veces, se enrosca alrededor de los miembros. Su papel se transforma sin cesar; se convierte en Urizen (o Jehová); es el espectro de Los, luego el de Milton y de Albión. Macho y hembra, "un horror hermafrodita", se disimula en Vala, que personifica el mundo de las apariencias; es Rahab, la tiranía de las antiguas religiones, así como "Tirzah", o el naturalismo filosófico; el fanatismo cruel y ciego así como el escepticismo y el ateísmo.
Swedenborg
Ingeniero, experto en minería, paleontólogo, filósofo, cultivador de varias ciencias, y de la mística, Emanuel Swedenborg nació en Estocolmo en 1688, y murió en Londres en 1722, de apoplegía, cuando contaba ochenta y cinco años. Emanuel Swedenborg fue de un modo extraño un puente entre dos mundos. Nadie mejor que él hubiese podido ser un hijo del Iluminismo. Sin embargo, este científico considerable vino a ser al final un visionario religioso influido por la literatura metafísica y mística que había anteriormente despreciado. Aun así, jamás había de abandonar un cierto positivismo, hasta diríamos un cierto materialismo, heredado de su mentalidad primera, y que constituía una contradicción dentro de sus escritos espiritualistas. Los detalles de la "transición" se encuentran en su Diario (1743-1744). Tras una serie de experiencias psíquicas, quedó convencido totalmente de la relación entre lo Finito y lo Infinito. Después, emprendió la publicación de una serie de comentarios bíblicos, empezando con La Palabra Explicada, y procediendo a la publicación en Londres de la Arcana Caelestia, entre los años 1749-1756. A partir de esta fecha, su vida transcurre entre Estocolmo, Londres y Amsterdam, escribiendo e imprimiendo una gran variedad de obras en las que expuso su experiencia y sus doctrinas. Los libros de Swedenborg, publicacos en aquellas fechas, que más habían de influir sobre Blake, fueron: La Sabiduría de los Ángeles en relación al Divino Amor y la Sabiduría, La Sabiduría de los Ángeles en relación con la Divina Providencia, y su última obra, La Verdadera Religión Cristiana. Blake fue simpatizante del movimiento swedenborgiano mientras residió en Lambeth. Aunque el entusiasmo por Swedenborg no había de durarle mucho, retuvo algunos puntos de su doctrina. Especialmente, le dejó una honda huella la concepción swedenborgiana de los "Estados". La discusión de la cuestión de los estados, en la obra: Wisdom of Angels concerning the Divine Providence debe haber concentrado la atención de Blake sobre este asunto. Pero no había de tardar mucho en rechazar las ideas de Swedenborg y el desafío lo encontramos en el Libro Segundo del poema Milton donde el poeta nos sirve su "Teoría de los Estados", que es mucho más original y más profunda que la de Swedenborg.
Etiquetas: Literatura
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