Demasiada fé en la historia, demasiado historicismo... Nada ha cambiado sustancialmente del hombre primitivo al de hoy en día - irrelevantes la bomba atómica, los holocaustos, la muerte de Dios... (El futuro es un croquis que adolece de diseño y falta de interactividad. La realidad siempre es otra cosa)
Seguimos y seguiremos escribiendo como si acariciásemos la superficie de las llamas de un fuego misterioso que jamás se apapa. Seducción fatal. El lenguaje abrasa. Pero así, purifica.
Etiquetas: Literatura
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