El Quijote

La Telaraña en El Mundo.

Aunque Ibarretxe y compañía se empeñen en lo contrario, 2005 será el año del Quijote. Ya están proliferando en Internet las campañas en este sentido. Una de ellas la encabeza el joven poeta mallorquín Josep Oliver que, desde la llamada Blogoteca de Alonso Quijano, está recopilando todo tipo de recursos e informaciones sobre la obra de Cervantes. Labores como esta merecen ser reseñadas porque, entre cosas, nos hacen mejores.

Lo cierto es que las efemérides nunca me han llamado en exceso la atención, lo confieso, pero una obra cuya vigencia nadie discute cuando ya han pasado 400 años de su primera edición, constituye un magnífico desafío a la lógica histórica en que vivimos. Ni el vértigo de las modas ni el batiburrillo colorista de los nacionalismos de usar y tirar le pueden hacer sombra. Tampoco buscar cobijo excluyente. Tanta universalidad acoge a todos por igual.

La Historia es una pescadilla un tanto retorcida. Hace bastantes años, cuando uno leía, por ejemplo, Señas de Identidad de Goytisolo, sabía que las suyas y las nuestras, las de casi todos los españoles, coincidían en una España en democracia. No era mucho pedir, es verdad, pero aún así nos bastaba. Nos resultaba coherente con el mundo que deseábamos para nosotros y para nuestros hijos. Las cosas no han cambiado, aunque los totalitarismos ideológicos busquen sin cesar nuevas naciones - o comunidades nacionales, sea eso lo que sea - para establecer ahí sus particulares imperios. Su retorno al feudalismo nos parece una pobre parodia de los propios libros de caballería que el Quijote sí consiguió parodiar hasta reducir a cenizas.

Aquí en Mallorca sólo el PSM y los sectores catalanistas parecen alinearse con el Plan Ibarretxe. Son sólo un grupúsculo, es cierto. Y también lo es que, como todas las minorías, merecen respeto. Nos resultará difícil, pero habremos de dárselo, aunque ellos no nos lo den a nosotros. Quijotes que somos.