I
Va perdiendo palabras
y aligerando el lastre. [ Sabe de un naufragio
y de una arena blanca
donde aprendió a mecerse
según las olas ]
***
La nación archipiélaga
y aligerando el lastre. [ Sabe de un naufragio
y de una arena blanca
donde aprendió a mecerse
según las olas ]
***
La nación archipiélaga
La actualidad viene cargada de naciones, arremolinándose como si fueran dátiles a la espera del crujiente bacon y el imprescindible palillo, es decir ávidos de completar la inmejorable educación sentimental de sus preámbulos con los dorados flecos de la financiación, que en el fondo son la sustancia única de la que se trata. Ya saben nuestros sabios y nuestros políticos qué pedirle a Zapatero. Lo mismo que Cataluña y un poco más, para que no se diga. Lo mismo que pedirán vascos, gallegos y hasta extremeños, cuando se tercie, que será pronto. Euros enmarcados bajo un hermoso frontispicio: la nación como sentimiento, el cante jondo, los castellets, el cocido, la paella, la sardana, los chorizos de cantinpalo, las fallas, la sidra, los encierros o qué se yo. Todo vale para crearse unas señas de identidad y sentirse los reyes del mambo.
¿Qué podríamos idear para el glorioso preámbulo de nuestro futuro estatut? Aquí sí que hay que ponerse serios para que no nos tomen a pitorreo. Hemos de hacer valer nuestros hechos diferenciales sin reparar en minucias gramaticales. Por ejemplo: no todos pueden presumir de ser una nación archipiélaga. Presumamos, pues, de ello. Es cierto que todavía no sé muy bien lo que eso significa, pero si nos lo repetimos lo suficiente –creo que pueden bastar unas dos mil veces si lo hacemos en los momentos y en las televisiones apropiadas- acabaremos encontrándole un significado rotundo, mayúsculo, eterno. Una magnífica alegoría del universo entero. Islas como dátiles arremolinados y resplandecientes. Islas como columnas colosales en mitad del mar más antiguo y culto; el mar que apedrearon nuestros honderos, al fin del todo nuestro. Sólo nos falta el bacon y los palillos. Pues que nos los traigan de Salamanca, por qué no.
¿Qué podríamos idear para el glorioso preámbulo de nuestro futuro estatut? Aquí sí que hay que ponerse serios para que no nos tomen a pitorreo. Hemos de hacer valer nuestros hechos diferenciales sin reparar en minucias gramaticales. Por ejemplo: no todos pueden presumir de ser una nación archipiélaga. Presumamos, pues, de ello. Es cierto que todavía no sé muy bien lo que eso significa, pero si nos lo repetimos lo suficiente –creo que pueden bastar unas dos mil veces si lo hacemos en los momentos y en las televisiones apropiadas- acabaremos encontrándole un significado rotundo, mayúsculo, eterno. Una magnífica alegoría del universo entero. Islas como dátiles arremolinados y resplandecientes. Islas como columnas colosales en mitad del mar más antiguo y culto; el mar que apedrearon nuestros honderos, al fin del todo nuestro. Sólo nos falta el bacon y los palillos. Pues que nos los traigan de Salamanca, por qué no.
Etiquetas: Literatura
9 Comments:
Enmudecida
bajo el cielo plombizo.
Aguas grises y
turbia ciénaga.
Inmersa
en un mar de derrota.
Empapada.
Sus cabellos
lúridos
pegados a los oidos
ensordecidos
tras los clamores.
Era el fin.
azuldeblasto
Uhmm, si este es el efecto que causan mis poemas tendré que meditar seriamente sobre el tema:-PPP
Es broma, es broma XDDD
Saludos!!
Fx
No hombre, nooooooooooooo.
Ayer estaba yo en otra órbita, y me salí por peteneras.
Que tengas un buen día.
Px.
Eso espero sip. Por cierto, Px, saldrá, en Alrededores, tu copyright respecto al capitan araña 2 jpg. Ya ves, qué cosas:-))
Saludos
Fx
¿En serio?.
Caray, me alegro. Muchas gracias por decírmelo.
Saludos.
Px.
Tus post tienen bonus track, aparece de repente más texto...
Un saludo.
Px.
Sip, son apéndices... ya sabes, el pulpo cuando se despereza y esas cosas XDD
Saludos
Fx
jajajaja, que buenooooooooo, el pulpo.
Bona nit.
Px.
Entre todos vamos a dejar Salamanca como un solar. Si Unamuno levantara la cabeza... ;)
Publicar un comentario
<< Home