Los dioses nos dejaron a oscuras. A los alucinados del trasmundo: éste. No cabe mayor ofensa —pero podemos ser obstinados y pensar que no hicieron otra cosa que ser fieles a su propia naturaleza. La imitación curva el tiempo y nos devuelve al pensamiento único.
Su devenir está en entredicho. Si todo se repite, nada puede, en verdad, ser nuevo; pero si todo es único e irrepetible tampoco puede ser calificado de nuevo. La novedad se acaba en sí misma y se culmina. ¿En nosotros? Cuando la Historia busca una continuidad lógica se convierte en el anecdotario personal de cada uno. No es mala cosa. Así se escribe la historia de la Literatura, por ejemplo. La simplificación de la tribu nómada en el tiempo y en el espacio –con su trasiego de huídas y destierros, de fundaciones y naufragios- sigue pareciéndome una de las pocas ejemplificaciones de la verdad realmente didácticas, es decir filosóficas.
Etiquetas: Creación, Literatura
4 Comments:
El otro día estuve ojeando el libro "El Mundo contra Mallorca", y en el índice onomástico por capítulos no te encontré... No supe si alegrarme o entristecerme ;)
Hay que ver qué libros manejan en tu redacción:-PPPP
Mejor no estar (no tengo ni idea)
Qué tal Juan, espero que todo vaya bien. Me alegra leerte en ese tono tan primigenio y solemne.
A ver si te escribo esta semana. Un abrazo.
RX
Hoola, Raúl, cómo va sigue todo? Escribe:-)
Abrazos!
Publicar un comentario
<< Home