el dilema
La Telaraña en El Mundo.
Es poética la palabra cuando es precisa, pero más lo es cuando sólo sugiere. Ahora ya puedo empezar. Hay que tener alma de pirómano o de bombero camuflado –que no es lo mismo- para andar otorgando, como hizo Solbes, garantías virtuales sobre nuestros ahorros. ¿Qué ahorros? Quizá la fe mueva cerros, pero nunca se dijo nada sobre su vigencia como aval bancario. Por eso, como otros ciudadanos perplejos, busqué por la Red los credit default swaps –primas de riesgo bancario- de nuestros principales bancos. Lo cierto es que parecen, de momento, gozar de buena salud. El dato alivia, alegra y, a la vez, mortifica, porque sabemos quienes sustentan todo su negocio. Sarna con gusto. O algo así.
Mientras tanto, Antich sigue a la caza de socios para sus eurorregiones, esa pijadita de moda que ahora nos aproxima a Cataluña, Córcega o Cerdeña, luego a Andorra, quizás a Aragón y quién sabe a quién más adelante. Todo es cuestión de proponérselo y asociarse sin remilgos y, siempre, con los pretextos más peregrinos, la empatía de la lengua, la sinergia del turismo, el inagotable abrevadero cultural del Mediterráneo, la sombra épica y asombrosa de la Catedral sobre el Guadalquivir, lo que sea. Micropolítica en vez de política, aldeanismo en lugar de globalización. El mundo al revés o el despilfarro de la lógica, esa cortesana coqueta y antojadiza. Tampoco es nada nuevo.
Lo peor es no saber si, a estas alturas, todo puede valer –incluido el operístico trasiego en los juzgados, esa fábula de la que deseamos, realmente, una ejemplar operación de higiene pública- para disimular que el que debiera ser su principal socio, el gobierno central de Zapatero, no lo sea ni de lejos o que sus actuales pactos acarreen servidumbres tan aciagas como el peaje siniestro de UM. Aquí el dilema es si Antich debe seguir resistiendo, como tahúr entre naipes, espadas y flores, o si le convendría hacer lo que el griego Arquíloco: arrojar las armas y rendirse a tiempo de preservar -¿aún intacto?- el orgullo.
Mientras tanto, Antich sigue a la caza de socios para sus eurorregiones, esa pijadita de moda que ahora nos aproxima a Cataluña, Córcega o Cerdeña, luego a Andorra, quizás a Aragón y quién sabe a quién más adelante. Todo es cuestión de proponérselo y asociarse sin remilgos y, siempre, con los pretextos más peregrinos, la empatía de la lengua, la sinergia del turismo, el inagotable abrevadero cultural del Mediterráneo, la sombra épica y asombrosa de la Catedral sobre el Guadalquivir, lo que sea. Micropolítica en vez de política, aldeanismo en lugar de globalización. El mundo al revés o el despilfarro de la lógica, esa cortesana coqueta y antojadiza. Tampoco es nada nuevo.
Lo peor es no saber si, a estas alturas, todo puede valer –incluido el operístico trasiego en los juzgados, esa fábula de la que deseamos, realmente, una ejemplar operación de higiene pública- para disimular que el que debiera ser su principal socio, el gobierno central de Zapatero, no lo sea ni de lejos o que sus actuales pactos acarreen servidumbres tan aciagas como el peaje siniestro de UM. Aquí el dilema es si Antich debe seguir resistiendo, como tahúr entre naipes, espadas y flores, o si le convendría hacer lo que el griego Arquíloco: arrojar las armas y rendirse a tiempo de preservar -¿aún intacto?- el orgullo.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
Disculpa, pero la Catedral se halla, por fin, donde siempre debería haber estado. Ahora no os la devolveremos. A no ser que convengáis en organizar, en nombre de la común experiencia mora –de la morería-, una euro-afro-región contando, claro está, con la participación estelar del Oranesado. Díselo a Antich, de parte de don Manuel Chaves.
Por la intermediación
Ángel, el emisario del Sur
Hombre, yo estoy seguro que lo de la afroregión ya está en marcha, seguro, seguro:-P
Abrazos!
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