LA TELARAÑA: El simulacro de huelga

viernes, octubre 1

El simulacro de huelga

La Telaraña en El Mundo.


No sé muy bien qué sostiene la sociedad. No sé si es el miedo, el humor o la inteligencia, si la inercia, la voluntad o la dejadez. Puede que sea un poco por todo y que esa argamasa invisible, que nos une a la vez que nos separa, cuaje como si fuera una milagrosa sustancia elástica (y entrometida) que por mucho que se deforme –y nos encanta sacarla de quicio- siempre acaba volviendo a ser como era, la metáfora de un mundo que se despereza y retumba con igual fuerza que se encoge, luego, y enmudece. Quizá esté durmiendo.

Pero los días bajan tan rápidos, entre eufemismos y aparatosas connivencias, que uno ha de hacer acrobacias para ver lo que ocurre alrededor sin echarse a reír, aunque sólo sea, quizás, por no llorar.

No es mala hora, pues, para auscultar el simulacro de huelga general, ese globo sonda que ni gobierno ni sindicatos inflaron demasiado, no fuera a estallarles en las narices, y que en Palma acabó con un surreal atasco de tráfico entre dos grupitos sin más luces de posición que sus banderas: rojas, negras, esteladas o de la República que nunca fue. Pero, aun así, entre liberados sindicales –su número es un secreto, y una vergüenza, de Estado-, piquetes del 4º Reich y voceros de los partidos políticos, lo único obvio es que nadie representa a quien dice representar. Viven de nuestros impuestos y ejercen el sucio juego de someter la realidad a sus antojos. Así cualquiera.

Etiquetas: