LA TELARAÑA: Obras, sombras y sobras

sábado, septiembre 17

Obras, sombras y sobras

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que Bauzá hace bien en reducir el número de liberados sindicales en la Comunidad?


Sí. Pero no es nada fácil moverse con naturalidad, y sin atrancarse, por entre unos conceptos que son del todo desconocidos para la inmensa mayoría de los comunes. O sea, nosotros. Porque la primera pregunta que deberíamos hacernos es qué son y para qué sirven -si es que, aparte de ser, sirven para algo- los liberados sindicales. Para ello, tendríamos, como mínimo, que revisarnos varios artículos y disposiciones de la Constitución Española, los diversos y siempre prolijos Estatutos de los Trabajadores, el de la Función Pública y, además, y por si no tuviéramos suficiente, la Ley Orgánica de Libertad Sindical. Nada más ni menos. Todo un compendio de liturgia legal en un abrir y cerrar los ojos. Y volver a abrirlos.
Porque, aún, si nos quedan fuerzas, humor y hasta paciencia, hemos de pasar de la conspicua teoría a la procelosa práctica y sumergirnos en el borrascoso panorama de los intereses y arrumacos de parte, la cultura de las subvenciones y el puente tendido -con los cables estratégicamente pelados, como si para una pronta descarga eléctrica en cuanto menos la esperemos- sobre el que discurre, es un por decir, la connivencia laboral de nuestros días. Una curiosa amalgama donde se entremezclan, sin pudor alguno, los entorchados retóricos de las viejas luchas clasistas del siglo diecinueve y la estúpida, caótica y especulativa ensalada global de lo que llevamos del veintiuno. Poca cosa, quizá, o no, porque, a cada día que pasa, nos resulta más y más indigesta. Una dura piedra o un amasijo de lodo en la boca del estómago.
Vayamos, pues, a los hechos. A los amores y los desamores. Bauzá quiere cargarse a 89 liberados sindicales de la plantilla pública del Govern Balear y cerrar cuatro locales para uso exclusivo de los sindicatos. Ello supone, por una parte, un ahorro anual de casi tres millones de euros y no entra, por otra parte, en colisión con el cumplimiento estricto de la Ley o las leyes. Así, los 221 liberados restantes, los que acumulan graciosamente -o sea, de la forma legal prevista- las horas que les ceden sus compañeros, van a seguir con sus labores sindicales de costumbre; sean las que fueren y sirvieren para lo que sirvieren. Seguirán ahí, al pie de cañón y por entre -o sobre- las arenas movedizas, la marejada y los tornados. A su alrededor o en su mismo origen. Donde les plazca. ¿De qué se quejan, entonces, los que se quejan?

Etiquetas:

2 Comments:

Blogger Unknown said...

¡Coño! De que se les acaba la moma, no te jode :-)))
Yo siempre he sido más de la CNT, puestos a hacer sindicalismo... a pelo y llevándose por delante lo que haya!!!

17 de septiembre de 2011, 10:51  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Fui socio unos días de la CNT de Valencia... pero ni yo les entendía ni, sobre todo, me entendían ellos a mí... Año 75;-P

17 de septiembre de 2011, 11:30  

Publicar un comentario

<< Home