LA TELARAÑA

lunes, julio 28

1.- La inocencia (3)


Pero el abandono te trae de regreso olores rancios. Perfumes epiteliales. Picores óseos. Y una malsana predisposición al óxido amarillento de las instantáneas congeladas en la aduana de lo que otros llaman sueños y tú realidades capturadas. Mal asunto recordarlas si no procede.

Pero luego están los objetos que permanecen inertes en el fondo de los arcones. Ahí tu adn se arroga con soberbia la certeza de saber quién eres... pero es mentira, aunque te recubra de telarañas y otros paños forrados de placer reseco y hastío.

La inocencia te mantiene intacto. La telarañas parecen contradecirte pero no lo consiguen. Tú eres ellas, y un invisible cordón umbilical te avisa de los movimientos necesarios para tu sustento.

La vida es sólo eso incluso si fuera otra cosa...



2.- Voluntad de poder


Monodía el mensaje: el mensajero.
¿Qué deseas hacer?
Mátalo. Bebe su sangre: vomita
y canta.
Sigue contigo. Es tu voz.
Mátalo. Bebe su sangre: vomita
y canta.
¿Qué deseas hacer?
No lo hagas. Hazlo,
en la nunciatura del abandono
que no proclamas,
y canta, oh sí, canta.


De mi libro Hipertelía, 1982.


3.- Quizás...

Un estúpido que se ríe de sí mismo no es tan estúpido...




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