La mujer de mi vida pasa muy a menudo por mi lado. A veces pasa de largo sin sonreírme siquiera pero también, a veces, se queda durante meses o incluso años haciéndome compañía. Pero es volátil, caprichosa o quizá sólo sea lógica y no le acabe de gustar el sambenito de ser la mujer de mi vida... eso parece, porque siempre acostumbra marcharse y dejarme la casa a medias y las puertas algo más rotas y las persianas vertiginosamente caídas...
La verdad es que ya no me apuro en exceso. Sólo es la mujer de mi vida, algo imposible y sucesivo, algo único y a la vez repetido, algo que aunque no dura una vida sí dura una eternidad en mi memoria.
Todos estos desacuerdos fatigan mucho, lo sé, pero me temo que ya empiezo a acostumbrarme. Es una lástima. O quizá no. ¿Quién sabe?
La verdad es que ya no me apuro en exceso. Sólo es la mujer de mi vida, algo imposible y sucesivo, algo único y a la vez repetido, algo que aunque no dura una vida sí dura una eternidad en mi memoria.
Todos estos desacuerdos fatigan mucho, lo sé, pero me temo que ya empiezo a acostumbrarme. Es una lástima. O quizá no. ¿Quién sabe?
Etiquetas: Literatura
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