Durante todo este mes iré publicando los trabajos recibidos. El fallo y el envío de la invitación, el día 1 de Agosto.
Y aquí el primer envío. Su autor es Jordi Vidal, de quien podéis leer más en su página en Puertas Abiertas.
Las recetas del Doctor Gumprecht o el recto como boca
© Jordi Vidal
Conocida desde la antigüedad, la alimentación por el recto está indicada en todos aquellos casos en que es imposible por el estómago: estenosis, estados espasmódicos y paralíticos del esófago y del cardias, traumatismos de las vías digestivas superiores, vómitos incoercibles, mareo crónico (información facilitada por los médicos de la Armada), úlcera de estómago, golpes de tos (tuberculosis), gastrorragias, post-operatorios gastro-intestinales, etc.
El enfermo estará durante todo el tiempo quieto en la cama para limitar las pérdidas de calor del organismo. Tras un enema de limpieza es necesario un supositorio con opio para tranquilizar el intestino. Para la introducción del enema alimenticio –de unos 250 cc- se utiliza el embudo con tubo de goma y tubo rectal. La sed se combate por medio de trocitos de hielo; contra el hambre se recomienda cocaína al 5 por 100. Es necesario tener preparado un orinal, ya que inmediatamente después de la introducción es cuando las ganas de deponer son más intensas. Los enfermos más graves se ensucian en ocasiones. El tratamiento puede durar hasta 10 meses. No es raro que sobrevenga diarrea y pérdida de peso del paciente. En 1660 se suscitó entre los sabios franceses la cuestión sutil de si debían interrumpirse los enemas durante la cuaresma.
Recetario:
a) Enemas de Boas, Riegel y Singer: 250 g de leche, 2 yemas de huevo, 1 cucharada de sal, 1 cucharada de vino tinto, 1 cucharada de harina, opio (según las necesidades). Su valor nutritivo es de unas 300 calorías.
b) Receta de Ewald: 2/3 yemas de huevo, 15 g de agua fría, glucosa al 20 por 100, media taza de vino tinto.
c) Receta de Strauss: 250 g de caldo, 20 g de alcohol, 40 g de azúcar, 2 cucharadas de mucílago de goma arábiga, sal y mentol.
d) Fórmula barata de Wegele: 3/5 huevos, 150 g de glucosa al 20 por 100
e) Enemas de sangre: 180 g de sangre desfibrinada, sal (opcional)
f) Enema de carne y páncreas de Leube: 300 g de carne de buey sin grasa, raspada y picada; 100 g de páncreas de buey o cerdo, bien desmenuzado (se encarga fresco al matadero); se diluye en agua templada. Esta mezcla se inyecta con una jeringa a presión.
g) Prescripción de Zeuner: 60 g de grasa de aceite de hígado de bacalao, pancreatina purísima, extracto de hiel de toro, sal, agua de fuente, tres gotas de esencia de eucalipto.
Nota: Los enemas de peptona preparadas del comercio producen escozor, dolores de vientre, ganas de deponer y expulsión de la solución inyectada.
La ingestión de medicamentos por el recto se indica cuando se encuentran dificultades para administrarlos por otras vías. Son las pomadas refrigerantes, los enemas de glicerina y los supositorios. Estos últimos se fabrican con manteca de cacao y cera o aceite de ricino.
a) Astringentes
-Nitrato de plata, ácido salicílico, Silicato sódico, ácido bórico, Lisol
-Agua hervida caliente, ácido tánico, goma arábiga, tintura de opio
b) Recetas laxantes:
-Cucharada de raspaduras de jabón medicinal, o jabón de sebo, o vinagre, cloruro de sodio o sulfato de sosa por litro de agua.
-Cucharada de aceite de ricino, aceite de oliva, polvos de goma arábiga, todo mezclado y agitado hasta que resulte una emulsión de aspecto lechoso.
-Agua helada, 100 cm cúbicos bastan
-Aceite de sésamo, medio litro
-Glicerina, 1-5- cm cúbicos
-2 litros de aceites de oliva o de adormidera, medio litro de agua, solución de sosa.
c) Sedantes
-Tintura de opio, almidón, agua
-Hidrato de cloral, cocto amiláceo
La insuflación del intestino por el recto relaja las adherencias y las estrangulaciones internas del intestino grueso. La técnica es sencilla: se introduce un tubo rectal todo lo arriba posible y se une por medio de un tubo de goma a una boquilla. El que no tiene escrúpulos puede entonces insuflar perfectamente el intestino con la boca. Otros utilizan un insuflador de goma. Manknkopf indicó que insuflar con la boca o con perilla “era cuestión de gustos”. Todo el intestino grueso se infla casi al mismo tiempo. Otro método para hinchar el intestino consiste en utilizar cerveza blanca berlinesa o agua de Seltz (sifón).
Bibliografía
Esmarch: Masdtdarmerkrankungen. Sttutgart, 1882
Kelsey: Diseases of the rectum and anus. Londres, 1868
Leube: Enemas de carne y páncreas. Leipzig, 1898
Stüve: Enemas de aceite de sésamo, en la clínica de Noorden. Berlín, 1896
Wendt: Alimentación rectal. Jena, 1896
Etiquetas: Literatura
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