la colmena
La Telaraña en El Mundo.
El mundo es una colmena en crisis en el que hasta las abejas parecen espantadas y quejosas. Un panel tan poco fértil de ideas que hasta tiene que aparecer un energúmeno, ebrio de alcohol y cocaína, para recuperar, unos más que otros, la vieja quimera de soterrar el Paseo Marítimo. Tal como está el tráfico en Palma –y no me refiero al tráfico de influencias, que también- no parece mala idea soterrarlo. De momento hemos soterrado el acceso a la Universidad.
Poco importa que el metro me produzca claustrofobia, urticaria, vértigo, ansiedad, visión borrosa y hasta puede que halitosis. Mi viaje no es ese. Estamos, pues, de enhorabuena. Ya sólo falta soterrar el campus al completo y regresar, decididamente, a la época de las vanguardias sumergidas.
Del metro al Underground, que es lo suyo. Para eso nada mejor que subirse los cinco pisos de escaleras del Teatro Principal y encaramarse hasta la Sala Uetam, donde Brian Eno expone su 77Million Paintings. El título, sin duda, está a la altura de las pretensiones de Munar y por un instante confundí su foto de siempre, en el catálogo, con la implosión lisérgica de un agujero negro. Pero no. Brian Eno no estuvo, exactamente, en la corte de King Crimson, pero sí en sus alrededores flirteando con Robert Fripp y David Bowie, entre otros ilustres. Algo aprendió, aunque ahora se le recuerde casi en exclusiva por Roxy Music, que fue una gran banda comercial, pero sólo eso. Lástima que siempre se nos evoque por los desechos, por lo peor que hicimos. Lástima de memoria excrementicia. Eran las 13 horas y la sala estaba vacía. Nadie, ni un simple guardia de seguridad a la vista. Me senté ante las cinco pantallas de plasma que iban reconstruyendo viejas imágenes caleidoscópicas al ritmo lento de una música ambiental, sicodélica y ajena. Música de aeropuerto al pie de las cavernas. Paradojas así son las que generan gloriosos retortijones sobre la decadencia del arte. Luego vino el sopor. Sin duda, era el lugar adecuado.
El mundo es una colmena en crisis en el que hasta las abejas parecen espantadas y quejosas. Un panel tan poco fértil de ideas que hasta tiene que aparecer un energúmeno, ebrio de alcohol y cocaína, para recuperar, unos más que otros, la vieja quimera de soterrar el Paseo Marítimo. Tal como está el tráfico en Palma –y no me refiero al tráfico de influencias, que también- no parece mala idea soterrarlo. De momento hemos soterrado el acceso a la Universidad.
Poco importa que el metro me produzca claustrofobia, urticaria, vértigo, ansiedad, visión borrosa y hasta puede que halitosis. Mi viaje no es ese. Estamos, pues, de enhorabuena. Ya sólo falta soterrar el campus al completo y regresar, decididamente, a la época de las vanguardias sumergidas.
Del metro al Underground, que es lo suyo. Para eso nada mejor que subirse los cinco pisos de escaleras del Teatro Principal y encaramarse hasta la Sala Uetam, donde Brian Eno expone su 77Million Paintings. El título, sin duda, está a la altura de las pretensiones de Munar y por un instante confundí su foto de siempre, en el catálogo, con la implosión lisérgica de un agujero negro. Pero no. Brian Eno no estuvo, exactamente, en la corte de King Crimson, pero sí en sus alrededores flirteando con Robert Fripp y David Bowie, entre otros ilustres. Algo aprendió, aunque ahora se le recuerde casi en exclusiva por Roxy Music, que fue una gran banda comercial, pero sólo eso. Lástima que siempre se nos evoque por los desechos, por lo peor que hicimos. Lástima de memoria excrementicia. Eran las 13 horas y la sala estaba vacía. Nadie, ni un simple guardia de seguridad a la vista. Me senté ante las cinco pantallas de plasma que iban reconstruyendo viejas imágenes caleidoscópicas al ritmo lento de una música ambiental, sicodélica y ajena. Música de aeropuerto al pie de las cavernas. Paradojas así son las que generan gloriosos retortijones sobre la decadencia del arte. Luego vino el sopor. Sin duda, era el lugar adecuado.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
"Musica ambiental" ha sido la búsqueda que me ha traído aquí. Encantado de conocerle. No puedo estar de acuerdo con lo que dices de Roxy Music, "Avalon" y "Slave to Love" son dos himnos que, aunque comerciales, no son "sólo eso"...
Del resto no puedo opinar, te leeré más y lo haré.
Saludos!
PD: Música ambiental era la frase que me trajo aquí. Explicación: la música que compongo intenta serlo: www.likuids.com , invitado estás.
Saludos likuid:-)
Publicar un comentario
<< Home