LA TELARAÑA: la lírica del espanto

viernes, febrero 13

la lírica del espanto

La Telaraña en El Mundo.



Mientras el espanto –o su ojo atormentado- se pasea, irónico, por El Prado de la mano de Francis Bacon, la realidad y sus apariencias juegan al escondite, a la captura y fuga, al espionaje y plagio, a la clonación, al sonambulismo. La globalización se agrieta: se le ven las costuras, los sietes del aldeanismo. Así, Antich le rinde pleitesía a Carod-Rovira y Bargalló a vueltas con el Instituto Ramón Llull. Fanny Tur le augura, además, un fuerte “acento balear”. Será de ver. Y oír.

De momento la Coral de la UIB cantará en Washington y Nueva York. Ignoramos si franqueará las aduanas federales y si Obama recibirá a Biel Mesquida. Corren malos tiempos para la lírica, pero no para el espanto. Hoy se estrena Slumdog Millionaire. Es excepcional pese a su desenlace, que no contaré: quizá sea un guiño mordaz de Bollywood a Hollywood, o al revés; pero no estoy seguro. Igual sólo es un gesto de rendición crítica. Adiós a las armas.

«Se canta lo que se pierde» dijo el hermano de Manuel Machado. La frase vale para naufragar en la nostalgia o aclarar el presente. Lo demuestra Ángel Duarte al escribir El Otoño de un ideal (Alianza, 2009). El libro trata sobre el republicanismo español y su declive desde el exilio hasta hoy. Léanlo. La bruma atlántica y la mediterránea albergan similares cánticos de sirena, iguales espectros y el mismo vacío final. Vuelvo a Bacon, aunque sea al trasluz. Lógico.

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4 Comments:

Blogger Unknown said...

¡Coño! Mil gracias, pero que mil gracias, y, ya puestos, viva la cosecha del 56.
Ángel

13 de febrero de 2009, 13:09  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

De nada, querido. El libro -magníficamente documentado y escrito- se merece mucho más, pero el espacio que tengo es el que es:-)

Un abrazo!

13 de febrero de 2009, 14:48  
Blogger Justo Serna said...

Yo ya tenía el libro de Àngel en mi casa. Me había hecho con un ejemplar. Quiero leerlo tranquilamente, con deleite y peleando, anotando, subrayando. Con boli, por supuesto, hasta inutilizar su posterior lectura. El libro se lo merece.

Ah, y la recomendación de Juan Planas, muy bien traída...

13 de febrero de 2009, 17:59  
Blogger Unknown said...

Reitero mis agradecimientos, y ahora por partida doble!!! :DDDD

13 de febrero de 2009, 19:22  

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