LA TELARAÑA: Catálogo de horrores

lunes, mayo 24

Catálogo de horrores

La Telaraña en El Mundo.



Debiera dedicar los lunes –el horror de los lunes al sol del trabajo y a la sombra del paro, o viceversa- a escribir sobre algo liviano. Qué sé yo. Tal vez sobre fútbol –la selección de Del Bosque o la crisis del Mallorca-, sobre cotilleo y famosos –ahora no se me ocurre nada ni nadie, pero ya me pondré al día- o, también, por qué no, sobre el Estatut y la tribu de comentaristas que le han salido, todos a una, con la voz prestada y el sobresueldo, supongo, garantizado. Nada mejor que un lunes para recopilar horrores.

Puede que la de articulista no sea una labor muy valorada. Que su opinión, en general, importe casi nada y que hasta su sueldo esté más en consonancia con su poco peso social que con su exuberante vanidad. Será que algunos –unos sesenta y dos, por dar una cifra no del todo inocente- han confundido la opinión con la publicidad, la crítica con el gregarismo y la ética con el sobresueldo del que hablé antes. Pero no hay problema. Paga Montilla y hasta Antich se irá con él al Senado, hoy lunes, a dar la vara, fomentar el horror y mendigar no se sabe qué. Quizá una patria.

Pero hay otros horrores que, no obstante, sí merecen ser alabados. Me refiero a la exposición «En Privat 2. L'opció Desamable» con la que, bajo la dirección de Carlos Jover, Cristina Ros va consiguiendo que Es Baluard deje de ser un cortijo privado y empiece a ser el Museo que nos merecemos. O algo así.

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