Rescatar al Titanic
La Telaraña en El Mundo.
Decir que, al final, se impone siempre la realidad (aliñada, por supuesto, con la frívola y yerma letanía de adjetivos más o menos recurrentes: la realidad cruda y tozuda, la realidad aplastante y hasta fáctica o física, cuando no cuántica) es como no decir nada. O como decirlo todo, pero renunciando a entender de qué van las cosas, o cómo se sostienen más allá de la inercia de los hechos consumados, sin intentar, siquiera, hurgar un poco en las heridas y otro poco en su diagnóstico; sin acometer, en definitiva, ni una leve mirada de soslayo a la radiografía última donde debiera revelársenos que a un espejismo vacío sólo le puede suceder otro igual de vacío. Otro. O el mismo.
Ahora toca reflotar los despojos del Titanic –ese viejo Dios griego- soltando el lastre del despilfarro. ¿Tiene la culpa Bruselas? ¿Obama? ¿El Mercado? ¿La Banca? ¿Acaso Zapatero y su pobre país de espejos rotos que reflejan, como la espuma de la infancia contra los arrecifes de alguna playa que ya no recuerdo, un país de países donde nada es lo que parece? No lo sé. Por eso pregunto.
Aunque igual no debiera. Ya me responde Antich yéndose a buscar a Melià –nada menos- para pactar la Ley del Sector Público en Baleares. ¿Coincidirán en que sobran los infinitos consorcios para infraestructuras, IB3, las leyes de normalización y toda la trama funcionarial y sectaria de las subvenciones? Es sólo un por decir, claro.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
No. Eso no sobra. Esa es la sustancia.
Abrazo cuántico
Hablarles de sustancia a esos mamelucos....
Un abrazo!!
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