LA TELARAÑA: La dialéctica del vacío

lunes, mayo 3

La dialéctica del vacío

La Telaraña en El Mundo.


Está la izquierda nacionalista -me refiero al PSM de Biel Barceló y su diputado Antoni Alorda, o a lo que queda de ella, disecada en algún lugar imposible de ubicar entre los hórreos sellados de UM y ERC, que son los mayores nudos gordianos de su misma soga- bastante revuelta y revoltosa con el tema de las consultas populares y los plebiscitos locales a la carta. Acaso sea esta su forma testimonial y ácida de afrontar la agonía de la legislatura y la decadencia de un Pacto que no se sabe ya qué es, salvo pura contradicción y letargo. Un Correllengua tribal y paralímpico.

Pero su obsesión es comprensible. Debe ser muy duro entonar la Internacional al ritmo tenue y repetido –como de duermevela- de una sardana o alzar los brazos sin saber muy bien si lo que corresponde es el apretón folclórico de un rondó o un arabesco por peteneras, un macizo puño en alto o una ridícula palma extendida. Estas contradicciones hacen polvo a cualquiera, porque no se resuelven jamás por la vía dialéctica. La verdad, ya se sabe, tiene muy poco que ver con la síntesis. Quizá nada.

Será por eso que se aprovechan de la inopia de Antich –o de Pere Rotger y del caos prejudicial de la mayoría- para cercarnos con sus borradores de ley y su afán de convertirnos en la reserva espiritual de unos países tan imaginarios como ellos mismos. No molestan intentándolo, porque su escorzo es sólo un gesto vacío. O ni eso.

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