LA TELARAÑA: El espíritu de cristal

viernes, enero 28

El espíritu de cristal

La Telaraña en El Mundo.


Como hace un frío que me parece siberiano, aunque no lo sea, lo cierto es que -amén de zamparme varios gruesos documentales sobre las incómodas verdades del calentamiento global y su gélida pose sectaria: hablan de la Realidad como la Ley Sinde de la Red, sin saber cómo funciona- ando recluido, en casa, con la calefacción y las estufas de butano a tope -que le den a la capa de ozono- y una pila de libros; los de siempre y los que, por azar o búsqueda, me llegan sin más pretexto que su deseo de ser leídos. No es poca cosa.

Uno de ellos me sirve, además, para no dejarme llevar por la decepción. Casi que me vale, incluso, para renegar del relente y, más aún, de los iluminados que ya empiezan a vendernos -y aún no estamos en trance electoral- un futuro mejor y más libre, más solidario y próspero. Más sostenible. Más lo que sea. Más paparruchas.

Me refiero a «El Espíritu de Cristal», de Carlos Jover (Sloper, 2011). Su libro constituye una desoladora metáfora del actual estado de demolición en que vivimos, plasmada, no desde la épica de un activista, sino desde la lógica descreída y cruel de un observador atento. El mundo avanza, con paso firme, hacia la peor de las distopías. Lo sé y creo que Carlos también. Por eso nos ahorra la tarea de rellenar los márgenes inquietantes de su libro; ya ha tenido el buen gusto de incluir, en ellos, muchas de sus verdades más íntimas. Todo un hallazgo.

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