LA TELARAÑA: El infierno

martes, abril 5

El infierno


La Telaraña en El Mundo.
 Voy del espejo a la ventana como si estuviera buscando algo sobre lo que apenas sé nada. Sólo que no lo encuentro y que no lo encontraré nunca o que, si lo encuentro, no me dará tiempo suficiente a saborearlo. Pero no pasa nada. Nunca pasa nada. O pasa, quizá, que esa búsqueda infructuosa acaba dando sentido a nuestras vidas y no es sino terriblemente hermoso y desolador sentir, de vez en cuando, el vacío dando saltos y hasta alaridos en las palmas de nuestras manos vacías. Es entonces cuando nos convencemos de que todo lo que, gloriosamente, hemos alcanzado a tocar es también, con exactitud, lo que hemos perdido. Vivir es buscar muchas cosas y no hallarlas y olvidarlas luego; perderlas para siempre.
 Todas estas reflexiones, las que parecen trasuntos personales y las que intentan agotar el mundo que damos en llamar exterior, no suceden en lugares o tiempos distintos; sólo existe este instante en que sucede todo a la vez, simultáneamente.
 Mientras tanto, consulto la última encuesta sobre las elecciones electorales que habrá, muy pronto, si el promocionado "pacto a la balear" de Francina Armengol no se acaba convirtiendo en el modelo nacional de nuestra maltrecha y degradada convivencia. Dios nos libre de ese infierno dialéctico, si quiere o puede. Porque no es fácil. El infierno es un lugar rocambolesco, que está en los espejos y también en las ventanas donde nos acabamos reuniendo cuando la fatiga nos vence y hace frío y deseamos ser devorados, sin excusas, por cualquier cosa. Incluso por los sueños.

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