LA TELARAÑA: La gran huelga

viernes, marzo 4

La gran huelga

 
La Telaraña en El Mundo.
 
 Repaso la actualidad sin conseguir obviar la dolorosa sensación de náusea que me producen algunas noticias. Por ejemplo, el inaceptable menosprecio de un menor de edad, en Twitter, a cargo de su antiguo profesor de piano, más conocido por sus partituras soberanistas que por sus clases magistrales. Toda esa infamia duele en lo más hondo, porque cuanto sucede en Twitter es tan sólo una mínima parte de lo que, de hecho, sucede en la vida real, en el trasfondo de las relaciones humanas, en la mazmorra virtual donde algunas ideologías sujetan la brida de las víctimas y arman el látigo de los verdugos. Habría que hacer algo para acabar con tanta afrenta.
 Merodeo, asimismo, los discursos y los ademanes de sus señorías en el Congreso de los Diputados y mi estado general, por desgracia, no mejora. En absoluto. Yo era de los que pensaba que Rajoy no hizo bien renunciando al mandato real de formar gobierno. Yo era de los que pensaba que Sánchez dio un golpe de efecto ejemplar al asumir esa tarea. Tras dos días de electoralismo desbocado y una anunciada votación, me da que estaba equivocado.
 La verdad es que ya no sé si merecemos nuevo gobierno o nuevas elecciones. Me recordó mi cardiólogo, hace tan sólo unos días, una gran huelga de médicos en Bélgica durante los años sesenta. Al margen de otras consideraciones históricas, la interpretación más gamberra sobre esta huelga es la que afirma que, mientras duró, disminuyó la tasa de mortalidad de la población. Así que ya saben. Igual nos va mejor sin ningún gobierno.



 

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