1.-
En algún lugar fuera del tiempo se barajan las cartas con las que juego esta partida entre tahúres cómplices, tullidos, tocados por similares ignorancias y afanes. Acaricio el cuerpo rectangular de los naipes encendidos y dejo mi mirada suspendida, más allá del deseo. La dejo viajando por entre los signos ancestrales de la supervivencia, las leyes ambiguas del destino, las flores hurtadas del jardín primero, la savia derramada entre las ramas del árbol más antiguo, el del conocimiento.
Sé de su filo cortante como el de una navaja. O más.
Quizá por ello me exijo que el estado de ánimo no influya en mis actos. Y destierro de mis palabras escritas cualquier concesión a los laberintos temporales. Tampoco hay sombras, vacilaciones o desmayos en el porqué de mis apuestas, esos riesgos calculados del mano a mano de cada día.
No siempre tengo éxito, pero eso no me está permitido decirlo.
2.- Lectura recomendada: Dinosaurio.pdf en El Librillo, de Ramón Buenaventura, en el post de ayer 19 de junio. Lúcido y demoledor, como de costumbre.
En algún lugar fuera del tiempo se barajan las cartas con las que juego esta partida entre tahúres cómplices, tullidos, tocados por similares ignorancias y afanes. Acaricio el cuerpo rectangular de los naipes encendidos y dejo mi mirada suspendida, más allá del deseo. La dejo viajando por entre los signos ancestrales de la supervivencia, las leyes ambiguas del destino, las flores hurtadas del jardín primero, la savia derramada entre las ramas del árbol más antiguo, el del conocimiento.
Sé de su filo cortante como el de una navaja. O más.
Quizá por ello me exijo que el estado de ánimo no influya en mis actos. Y destierro de mis palabras escritas cualquier concesión a los laberintos temporales. Tampoco hay sombras, vacilaciones o desmayos en el porqué de mis apuestas, esos riesgos calculados del mano a mano de cada día.
No siempre tengo éxito, pero eso no me está permitido decirlo.
2.- Lectura recomendada: Dinosaurio.pdf en El Librillo, de Ramón Buenaventura, en el post de ayer 19 de junio. Lúcido y demoledor, como de costumbre.
Etiquetas: Creación, Literatura
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