1.- Insomnios
Me acaba de informar mi editor, Román Piña, que esta misma semana saldrá de la imprenta mi libro Insomnios... Como no se distribuirá por la geografía española hasta septiembre - como es lógico y hasta deseable - aquí os dejo su ISBN 84-932502-4-4, para que lo vayáis reservando:-))
También podéis encargárselo al propio editor utilizando la información de esta página.
2.- Mujer de Arena
No, no seas cobarde:
vuelve a separar tus muslos
Aquí estoy, a tu alcance,
cercado de recuerdos necesarios,
diluido en las metáforas del tiempo
¿Dónde están esas metáforas, dónde ese tiempo? ¿Existen al margen de los avances de la decrepitud? ¿O son sólo ligeras pigmentaciones que se fosilizan?
el blanco óseo
la palidez
el velo ciego de las religiones
el lino culpable de todas las muertes
la bandera mezquina de la rendición o la paz
Aquí estoy, en la última orilla de las mareas,
envuelto en tus partículas de sal y aguardiente
(aquí también descansan, entre cristales rotos,
los mensajes desviados por error
hacia los arrecifes y los jardines sumergidos)
Aquí estoy, al abrigo de los temores y las dudas, que son mis temores y mis dudas, pero mi memoria es selectiva, y yo sólo una sombra que revolotea tus interioridades, acaricia tu vello púbico, y se deja llevar hacia un placer tan efímero que jamás mengua ni desaparece ni se olvida
¿Cómo y cuándo dibuja el tiempo sus cicatrices? ¿Por qué las entrelaza con hilos de sangre reseca? ¿Qué lenguaje, qué laberinto nos confunde, mientras nubes de plomo y silencio nos aproximan al olvido?
tu piel de arena
tu huella dactilar
la araña de tu mano
en mi vientre
¿Es obligada la consciencia del poema? ¿Es permanente la vigilia? ¿O sólo dura lo que el tránsito? ¿Un instante detenido, un parpadeo petrificado, una tensa metáfora?
cuelgo del techo
con suavidad
y desdén
evidentes
Y aquí estoy, (es un decir), inclinado sobre el teclado como si tocase el piano que nunca tuve (tus dientes blancos, tus muelas cariadas, tus labios abiertos) y alguien pudiese escuchar la música que no escribo
Aquí estoy, aquí, entregado a la lujuria de mezclar los colores y embadurnarme con líquidos, que buscan solidificarse y convertirme en estatua de sal, o en padre de familia numerosa
clérigo pederasta
patriota nacionalista
o usurero centrífugo
asesino de palomas que dijo alguien
Aquí estoy, observando con mirada infantil el lejano reparto de los dones,
y aburrido y asqueado de la superficie juego con la arena húmeda y te susurro unas pocas palabras escondidas
No, no seas cobarde:
vuelve a separar tus muslos
Me acaba de informar mi editor, Román Piña, que esta misma semana saldrá de la imprenta mi libro Insomnios... Como no se distribuirá por la geografía española hasta septiembre - como es lógico y hasta deseable - aquí os dejo su ISBN 84-932502-4-4, para que lo vayáis reservando:-))
También podéis encargárselo al propio editor utilizando la información de esta página.
2.- Mujer de Arena
No, no seas cobarde:
vuelve a separar tus muslos
Aquí estoy, a tu alcance,
cercado de recuerdos necesarios,
diluido en las metáforas del tiempo
¿Dónde están esas metáforas, dónde ese tiempo? ¿Existen al margen de los avances de la decrepitud? ¿O son sólo ligeras pigmentaciones que se fosilizan?
el blanco óseo
la palidez
el velo ciego de las religiones
el lino culpable de todas las muertes
la bandera mezquina de la rendición o la paz
Aquí estoy, en la última orilla de las mareas,
envuelto en tus partículas de sal y aguardiente
(aquí también descansan, entre cristales rotos,
los mensajes desviados por error
hacia los arrecifes y los jardines sumergidos)
Aquí estoy, al abrigo de los temores y las dudas, que son mis temores y mis dudas, pero mi memoria es selectiva, y yo sólo una sombra que revolotea tus interioridades, acaricia tu vello púbico, y se deja llevar hacia un placer tan efímero que jamás mengua ni desaparece ni se olvida
¿Cómo y cuándo dibuja el tiempo sus cicatrices? ¿Por qué las entrelaza con hilos de sangre reseca? ¿Qué lenguaje, qué laberinto nos confunde, mientras nubes de plomo y silencio nos aproximan al olvido?
tu piel de arena
tu huella dactilar
la araña de tu mano
en mi vientre
¿Es obligada la consciencia del poema? ¿Es permanente la vigilia? ¿O sólo dura lo que el tránsito? ¿Un instante detenido, un parpadeo petrificado, una tensa metáfora?
cuelgo del techo
con suavidad
y desdén
evidentes
Y aquí estoy, (es un decir), inclinado sobre el teclado como si tocase el piano que nunca tuve (tus dientes blancos, tus muelas cariadas, tus labios abiertos) y alguien pudiese escuchar la música que no escribo
Aquí estoy, aquí, entregado a la lujuria de mezclar los colores y embadurnarme con líquidos, que buscan solidificarse y convertirme en estatua de sal, o en padre de familia numerosa
clérigo pederasta
patriota nacionalista
o usurero centrífugo
asesino de palomas que dijo alguien
Aquí estoy, observando con mirada infantil el lejano reparto de los dones,
y aburrido y asqueado de la superficie juego con la arena húmeda y te susurro unas pocas palabras escondidas
No, no seas cobarde:
vuelve a separar tus muslos
Etiquetas: Literatura
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