Tesis
La suciedad embriagante del niño
que sí fuiste, paisaje delatado,
su exuberancia—qué pequeñez—o esa ausencia
de aperturas que te obliga a salir
con desacostumbrada lentitud
y solidez
de parte alguna,
es el eco perdido
de una felicidad
sin memoria ni tiempo.
Soledad Natural
La embriaguez solitaria que remeda
y no remedia
el terror o el silencio, que restaña
las grietas del hojaldre o la pasión
si no buscada, sí urdida en el telar
que dio vida a las sábanas, respira
la iracundia y el gozo del derrumbe:
resaca que embelesa si viril
fue el gesto dibujado en el aire
descreído, solemne, de la capitulación.
La suciedad embriagante del niño
que sí fuiste, paisaje delatado,
su exuberancia—qué pequeñez—o esa ausencia
de aperturas que te obliga a salir
con desacostumbrada lentitud
y solidez
de parte alguna,
es el eco perdido
de una felicidad
sin memoria ni tiempo.
Soledad Natural
La embriaguez solitaria que remeda
y no remedia
el terror o el silencio, que restaña
las grietas del hojaldre o la pasión
si no buscada, sí urdida en el telar
que dio vida a las sábanas, respira
la iracundia y el gozo del derrumbe:
resaca que embelesa si viril
fue el gesto dibujado en el aire
descreído, solemne, de la capitulación.
Etiquetas: Creación, Literatura
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