LA TELARAÑA

jueves, julio 31

La inocencia (4)

...Siempre es otra cosa la vida. No importan las esperas, tampoco las recaídas. Y menos AQUÍ donde la literatura es cambiante: un coro de brujas desdentadas limpia mis habitaciones y escurre de entre las hojas caidas la savia de algunas palabras que les atraen. Embestida, por ejemplo. Conjuro, también. Eco, a veces. Silencio, siempre... No importa que no escuches, tampoco que evites mi presencia o sientas temor del cobijo de mi sombra, ese pesado manto de plomo, ese gélido tumulto, ese circuito enloquecido de idas y venidas. No, no podríamos amarnos como antes. Ya no existimos de la misma manera y es posible que tampoco de otra distinta. No, y además quién querría hacerlo sin intentar inventarlo todo de nuevo: nuevas sensaciones y risas, nuevos sentimientos y conceptos, nuevo tacto y palabras descubriendo lo nunca palpado ni hablado, nueva respiración rosada, ingrávida, recién inventada, recién nacida...

Luz de llanto en los velones de cebolla.
Luz de alumbre
e inocencia.

Luz de gas menguante
donde las sombras de todas las cruces
parecen enredarse
en tu búsqueda.


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