LA TELARAÑA

domingo, diciembre 21

Hay relaciones que permanecen como ausentes durante lustros y luego reaparecen como por azar con la misma cálida fluidez de antaño.


Por ello me alegra muchísimo informaros de la presencia de un nuevo inquilino en Puertas Abiertas. Se trata de Alejandro Duque Amusco.

En El Ciervo podéis leer la siguiente semblanza del poeta y además una muy ilustrativa entrevista...

Alejandro Duque Amusco nació en 1949. Infancia sevillana; veranos en Zufre, en la Serranía de Aracena (Huelva). Durante diez años, de 1984 a 1994, dirigió los “Pliegos de poesía” de El Ciervo. En 1976 se dio a conocer con Esencias de los días, libro en la línea de una poesía hecha de pureza y sensualidad traspasada por una tensión reflexiva y filosófica de impronta metafísica. En 1983 aparece Del agua, del fuego y otras purificaciones (El Bardo), cuya complejidad se basa en el choque entre una poesía amplia, de verso largo y meditativo, y la depuración última de las Tankas, breves composiciones de ascendencia oriental. En Renacimiento publica, en 1989, Sueño en el fuego. En 1994, con Donde rompe la noche (Visor), obtiene el prestigioso premio internacional de poesía Fundación Loewe, presidido por Octavio Paz. Paralelamente a la escritura poética cabe señalar la importante tarea crítica sobre poesía moderna que ha desarrollado Duque Amusco, con la realización de ensayos de particular relieve sobre Juan Ramón Jiménez, Aleixandre, Bousoño, Brines, entre otros. Nada probablemente expresa mejor el sentido de la poesía de Amusco que este fragmento suyo de poética: “La verdadera poesía a lo que más se asemeja es a una palabra tachada, debajo de cuya tachadura no estamos muy seguros de lo que leemos”. (nota de Giuseppe Gentile aparecida en Diversi racconti, Salerno (Italia), 1997)

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