LA TELARAÑA

viernes, julio 9

La Telaraña en El Mundo.


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Me alegra y, en cierto modo, sorprende gratamente, la magnífica acogida en cuanto a participación que está teniendo el Premio La Telaraña, sobre todo, en calidad. Espero, eso sí, que os vayáis animando a comentar los textos... Os recuerdo que el plazo de envíos acaba el día 30 y el fallo será el día 1 de Agosto. Gracias a todos!



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TEXTO Nº 8

Unos poemas de la jovencísima Ana Baena Tedo.


mi limón, mi limonero,
mis gotitas ácidas diluyéndose por mis venas
mi amor agrio encerrado entre cadenas
imagino las palmas de tus manos haciendo hondas en el aire
círculos atrmosféricos de silencios sin dolor
brumas matinales de alcan-for...
for me, for u, for them, for us



Las hojas secas hacen carreras en el suelo
tú ya no te acuerdas porque fue hace años
cuando yo no habia nacido y tú aun estabas muerto.
Viviamos en nubes de llamas
y dormiamos en clavos de papel.
Yo tejía un cuento cada noche
y ellos lo quemaban con grapas de cobre.



Mis labios te esperan a veces;
no siempre, sólo a veces.
Me miras a destiempo y te sonrío en horas puntas.
Para que las campanadas de la torre se confundan con las burbujas del reloj aspirina.
No odies a las ratas, ellas aguantan el peso de su cola.
No envidies a las tortugas, también se cansan de guardar caparazones.
No quieras volar siempre como un pájaro, la lluvia se come los nidos de las cigüeñas.
No cierres los ojos como los búhos, las ramas altas tiritan de frío.
Dibuja arañas porque nunca sabes las patas que se necesitan para sobrevivir.



la espiral va en ascenso
y mis teorias del caos metamórfico se acumulan en la retina
el humo me invade la cabeza
y ya no se si lo que digo es lo que escribo
o lo que escribo es lo que tendría que decir.
Las palabras son la senda más corta para el fracaso más grande
y el fracaso más grande siempre fue la cuna de grandes genios
puedo intentar comprar una lámpara
que me de más luz para no verte los ojos
o para cegarme los mios
cuatro ojos ven mas que dos
pero uno nunca deja que te engañes.
Veo un castillo cuando amanece
y siempre espero a que amanezca para no tener que dormir más de la cuenta
el castillo no tiene paredes ni muros
pero yo sé que es un castillo porque nunca podré escalarlo
mi cabeza también es un castillo
porque para los demás esta libre de piedras
pero yo misma le construí una fosa con cocodrilos sin amaestrar
y siempre tuve miedo de terminar con un garfio en la mano al volver a enfrentarme con ella.


© Ana Baena


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