papelera
[ Una noche antigua volteaste los sueños y dejaste resbalar tu sangre por los muros de piedra viva. Contra esos centinelas del asfalto y también de los campos baldíos, crujió como un junco reseco tu primera vértebra. Se partió, pero has olvidado el dolor; sólo sabes que pensaste un instante en tu padre sin presentir que andaba desvelado por un grito en mitad de una pesadilla. Será que los mundos abren extrañas conexiones inesperadas en los momentos más exigentes. Luego amaneciste exhausto, recubierto de yeso endurecido, entre clavos de acero y agujas. Te había vuelto a sonreír la fortuna blanca en una sala de hospital con espejos sagrados y biombos de papel transparente ]
A veces te revuelven algunos nombres, rostros y cuerpos. Sólo obsesiones puntuales. Situaciones salteadas del tránsito.
Se te ocurre que acaso los jóvenes tengan tanta memoria porque todavía tienen poco que recordar. Pero la idea no te convence, y la desechas.
Etiquetas: Creación, Literatura
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