11.618
Nos han visto sufrir y hasta llorar por ficciones; sobre todo, por ficciones.
Y padecer la pesadilla del caos y la confusión
como la del método y la certeza
en nuestras mentes, incluso en el sopor alargado y lento de las interminables noches de vigilia y apuro.
La inquietud es siempre la misma, aunque aparente no serlo. Y hasta nos la podemos explicar los unos a los otros. Lo hacemos porque los detalles, en ocasiones, varían y el juego de las diferencias nos entretiene. También porque en esa parodia del lenguaje, en ese hermoso instante en que la razón afloja su tiranía, siempre acabamos encontrando un último respiradero.
[ Mientras tanto, ajenos a cualquier tipo de remordimiento, seguiremos oyendo las infinitas voces del padre prolongando su inútil castigo ]
Etiquetas: Literatura
4 Comments:
La agonía cesa.
La mente inicia su periplo rodando por el laberinto sin lastimarse con los prismas; ya no distorsionan la mirada, amables espejos y amplios vitrales le obsequian un vasto horizonte en calma.
No hay salida.
No se huye una vez aniquilado el Minotauro.
Veo que la literatura fagocita a la literatura. ¿Hasta dónde?
Ni se sabe, querido Luis... ni se sabe, pero es hermoso ver cómo las palabras se llaman a sí mismas, como si fueran otras y se multiplican. Iba a decir que así se reproducen:-)
Y gracias Azul, me gustó tu estática visión.
Saludos a ambos dos dos
Fx
Buenos días desde el terruño.
Devuelvo el saludo y sonrio ante el hecho de que mis chorradas puedan gustar.
En mis años mozos me daba la vena y derramaba sobre el papel a borbotones. Con el pasar del tiempo me he oxidado y me dedico a otros cien mil intereses.
Seguiré intentándolo (crea adicción).
Publicar un comentario
<< Home