abanderados
La Telaraña en El Mundo.
Abanderados
Me encanta el besamanos -ahora lo llaman pasamanos, como si tratara de subir una escalera- de algunos políticos isleños a la familia real. Lo cierto es que, hasta que lleguen las elecciones, nos podemos conformar con verlos, al caer cada verano, danzando ante la corte, en lo que podría entenderse como una cura de humildad y sólo es un ejercicio de afectación. La estrella volvió a ser Maria Antònia Munar. Parecía una auténtica sobrasada payesa tan ricamente enfundada en su falda de tubo con chaqueta entallada. La mujer brillaba tanto, y tan rolliza, que hasta los fotógrafos de la prensa adicta la sacaron bastante recortada. Clemencia o marketing. Sólo le faltó engalanarse con la megasenyera con la que piensa monopolizar el fetichismo o la ruina ideológica en los jardines de La Misericordia. Qué gran ocasión perdida de emular a Juana de Arco. Qué magnífica manera de ridiculizar la Diada de Mallorca.
A falta de ideas, los nacionalismos, enarbolan banderas. No importa cuál. Todas valen. Es cierto que no hay lenguaje sin símbolos y que ambos celebran, de oficio, la ceremonia de la confusión en que vivimos. Hace tiempo que desconfío de los símbolos igual que del lenguaje. Es difícil encontrar la frase que simplifique sin ser una simpleza o que multiplique sin avasallarnos, que sugiera sin artificiales hermetismos o deslumbre sin dejarnos ciegos. No hay mejor síntesis que la dispersión. Todo tiene su medida y acaso la verdad sea sólo una intermitencia que, de repente, cuaja, queda impresa en las retinas de nuestras neuronas y después desaparece. Adeu.
Hablando de retinas. Ejemplar United 93. La película trasciende el documento para sumergirnos en la barbarie de una tragedia, donde las víctimas somos todos, tanto los que viajaban en ese avión como los que sólo mirábamos, perplejos, las televisiones. Asusta pensar qué hará nuestro cine cuando decida manchar el celuloide con la masacre de Atocha. La AVT somos todos. ¿Sabrán plasmarlo? Lo dudo.
A falta de ideas, los nacionalismos, enarbolan banderas. No importa cuál. Todas valen. Es cierto que no hay lenguaje sin símbolos y que ambos celebran, de oficio, la ceremonia de la confusión en que vivimos. Hace tiempo que desconfío de los símbolos igual que del lenguaje. Es difícil encontrar la frase que simplifique sin ser una simpleza o que multiplique sin avasallarnos, que sugiera sin artificiales hermetismos o deslumbre sin dejarnos ciegos. No hay mejor síntesis que la dispersión. Todo tiene su medida y acaso la verdad sea sólo una intermitencia que, de repente, cuaja, queda impresa en las retinas de nuestras neuronas y después desaparece. Adeu.
Hablando de retinas. Ejemplar United 93. La película trasciende el documento para sumergirnos en la barbarie de una tragedia, donde las víctimas somos todos, tanto los que viajaban en ese avión como los que sólo mirábamos, perplejos, las televisiones. Asusta pensar qué hará nuestro cine cuando decida manchar el celuloide con la masacre de Atocha. La AVT somos todos. ¿Sabrán plasmarlo? Lo dudo.
Etiquetas: Artículos
5 Comments:
Me parece una bobaliconada estos anuncios que hay por todas partes que nos apremian a que saquemos una bandera al balcón el día de la Diada. Los patriotismos (que se me entienda, tanto éste como el que hacía Aznar sacando una bandera enorme en Madrid) me ponen enfermo.
Lamentablemente, en el periódico no voy a poder decir nada porque ellos mismos regalan una bandera el domingo... (jajajaja, bandera que te darán si te lo compras para ver tu reseña ;))
jajajaja qué bueno... ya pensaré qué hacer con el banderín:-PP
Saludos!!
Fx
ni las palabras expresan, ni los símbolos representan. Estamos en el mundo de las sugerencias. Algo es algo.
Banderín, dice, jajaja, si casi cubre una cama, el jodío.
Hola, JQ. Pues compré el periódico de buena mañana y no me dieron la sábana. Me olvidé, además, de pedírla:-))
Hola Cristina. Vivan las sugerencias! Visitaré tu blog. Saludos!
Fx
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