En ocasiones el tránsito se ralentiza. Parece detenerse, es cierto; pero eso es sólo una ilusión óptica. O algo peor, tal vez un deseo.
Hay una realidad empeñada en contradecirse. Es entonces cuando los hechos no significan lo que quisiéramos y nos llevan a remolque.
Dejarse usurpar es como estar enfermos, aunque estar enfermos sea exactamente estar vivos.
[ Cuando no tengo fuerzas para discurrir me pongo a danzar abrazado a una sonrisa. No debiera enseñárosla porque su música es aterradora y de sus comisuras brotan lágrimas. Pálidas larvas de fuego ]
Etiquetas: Creación, Literatura
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