LA TELARAÑA: la cultura

lunes, diciembre 24

la cultura

La Telaraña en El Mundo.



Podríamos hablar y no acabar nunca sobre la Cultura, su utilidad y aplicaciones, el simbolismo con que unos la esparcen y otros la recogen. Acabo de ver la expresión triunfal de Antich presentando, como logotipo de su gobierno, el manchurrón aguado de Miquel Barceló –un regalo, me dicen- y, la verdad, es que ya me lo creo casi todo. Me creo, por igual, a los que ven en esa rúbrica diluida una solemne marca mediterránea que a los que les entra, sin disimulo, la risa floja por lo que parece la penúltima broma del travieso pintor de Felanitx. Me lo creo todo. Incluso que un millón y medio largo de firmas contra el canon no hayan valido finalmente para nada. Los votos de PSOE, CiU, IU y CHA demostraron que la cultura está en manos de la usura y que los artistas del Gobierno y la SGAE creen ser algo así como los constructores únicos del pensamiento futuro –ese cero que se avecina- y por eso, cómo no, quieren cobrarse las pertinentes comisiones: unos 115 millones de euros el año próximo. Valiente tropa de corsarios.

Otro espectáculo empieza donde dormitan las impertérritas leonas del Borne. Ahí han colocado la estatua de Rodin, “Le Penseur”. Representa a Dante, meditabundo ante las puertas del infierno donde discurrirá, en buena parte, su Divina Comedia. El símbolo nos vale para contrastar su musculoso bronce, envuelto en el sudor de una visible pátina de esperanza contenida, de sufrimiento e incertidumbre reflexiva ante el mundo, con la sonrisa desbocada de Nanda Ramon la noche de la inauguración, de rojo y negro ella, de insustancial y necia, absoluta banalidad. Otro canon del que no escapamos.

Pero hoy es Nochebuena y seguro que alguna buena noticia sí nos merecemos. La Comunidad de Madrid ha decidido becar a los alumnos que no puedan estudiar en castellano en las comunidades bajo políticas de inmersión lingüística. Es un gran regalo, pero yo preferiría que a las dictaduras nacionalistas se les cayera, definitivamente, la cara de vergüenza. No caerá esa breva.

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