desmembrados
La Telaraña en El Mundo.
Construir Europa –al hilo del Tratado de Lisboa- va a costar tanto como elevar a los altares el sacrosanto imperio de los Países Catalanes. No sé por qué pongo las mayúsculas. Va a costar mucho para nada, porque no es época de imperios y el personal anda descreído de todo o, en su defecto, tan creído de sí mismo, su nacionalismo secular, su lengua de sierpe –o de Adán o de Eva o de ambos- y sus paraísos perdidos, que la cosa, el magma, el entramado social, acaba dando náuseas y luego vómitos y después nada, el olvido.
El universo es tal como lo parió el lenguaje, antes de Babel, con sus giros y dejes, su brisa a tormenta primera y su aliento a incurable caries. Ahora ya no basta con trocear la lengua para transformar el mundo y aproximarlo a nuestro ideal. No basta, aunque el engaño nos conforte, al menos si admitimos que el mundo ya estaba hecho cuando llegamos y sólo podemos reinterpretarlo. No sabría explicar cómo o sí. Tejemos todas las argucias gramaticales posibles sin más desenlace que sucumbir al silencio y dejar atrás la creación intacta.
Lo peor es la fe ciega en los signos. No importa si, por ellos, Biel Janer ha ingresado como miembro en la Academia de Bones Lletres de Barcelona. Enhorabuena. Cuando su hija se sume al tinglado la llamaremos “miembra” y después saldremos por bulerías si nos piden a quién nos referimos con esa curiosa homonimia de “mi hembra”. Tampoco importa si a Nanda Ramon, jefa de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística en Cort, una pila de cargos sin sentido ni médula, le da por hablar de sinergias –las acciones de varias causas cuyo efecto final supera la suma de sus partes- para insuflar el pliego de intenciones del Consell de Cultura de Palma. Mientras la cultura, su concepto, salga de las encuestas y de las fuerzas vivas reclutadas para ello, mejor será promover el estudio de otras sinergias como la multiplicación de los panes y los peces. Igual así nos apañamos contra la huelga, la crisis y el horror en el hipermercado.
Construir Europa –al hilo del Tratado de Lisboa- va a costar tanto como elevar a los altares el sacrosanto imperio de los Países Catalanes. No sé por qué pongo las mayúsculas. Va a costar mucho para nada, porque no es época de imperios y el personal anda descreído de todo o, en su defecto, tan creído de sí mismo, su nacionalismo secular, su lengua de sierpe –o de Adán o de Eva o de ambos- y sus paraísos perdidos, que la cosa, el magma, el entramado social, acaba dando náuseas y luego vómitos y después nada, el olvido.
El universo es tal como lo parió el lenguaje, antes de Babel, con sus giros y dejes, su brisa a tormenta primera y su aliento a incurable caries. Ahora ya no basta con trocear la lengua para transformar el mundo y aproximarlo a nuestro ideal. No basta, aunque el engaño nos conforte, al menos si admitimos que el mundo ya estaba hecho cuando llegamos y sólo podemos reinterpretarlo. No sabría explicar cómo o sí. Tejemos todas las argucias gramaticales posibles sin más desenlace que sucumbir al silencio y dejar atrás la creación intacta.
Lo peor es la fe ciega en los signos. No importa si, por ellos, Biel Janer ha ingresado como miembro en la Academia de Bones Lletres de Barcelona. Enhorabuena. Cuando su hija se sume al tinglado la llamaremos “miembra” y después saldremos por bulerías si nos piden a quién nos referimos con esa curiosa homonimia de “mi hembra”. Tampoco importa si a Nanda Ramon, jefa de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística en Cort, una pila de cargos sin sentido ni médula, le da por hablar de sinergias –las acciones de varias causas cuyo efecto final supera la suma de sus partes- para insuflar el pliego de intenciones del Consell de Cultura de Palma. Mientras la cultura, su concepto, salga de las encuestas y de las fuerzas vivas reclutadas para ello, mejor será promover el estudio de otras sinergias como la multiplicación de los panes y los peces. Igual así nos apañamos contra la huelga, la crisis y el horror en el hipermercado.
Etiquetas: Artículos
5 Comments:
Tiempo atrás queríamos ser miembros... de Europa. Ahora nos conformamos con ser castizos: por eso, refundamos Europa al modo irlandés, con pertenencia y peculiaridad; y por eso aplaudimos con salero la tauromaquia suicida y peculiar de un diestro en la Villa y Corte.
He visto un resumen -supongo que escogido- de esa sangría sobre la arena... no sé qué otros adjetivos ponerle, pero he sentido perplejidad, náusea, pasmo, incredulidad y asombro. El rabo se lo darán cuando el astado le decapite en vivo y en directo:-)
Un abrazo, que es una buena manera de usar los miembros.
Sr. Planas:
Nunca defrauda usted con sus artículos.
Quizá es una barbaridad esto que voy a decir, pero me recuerda usted un poco a Mariano José de Larra, en el sentido de que sus artículos periodísticos son casi poemas en prosa, como ocurría con los de Larra.
Amigo Ángel, a ver si convences a Cisne y nos reunimos un día a tomar café,-)
Saludos
Pues no es mala idea. Me halaga la propuesta, además.
Publicar un comentario
<< Home