LA TELARAÑA: De peaje por el Área 51

sábado, abril 16

De peaje por el Área 51

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Está de acuerdo con que se cobre un peaje para acceder al centro de Palma?


No. Tenemos un problema, Palma. O dos. O tres. O más. Una atrocidad, un cúmulo infernal de problemas. Tenemos tantos problemas que ya no existe, siquiera, contabilidad humana capaz de cifrarlos. Son tantos que se podría decir que ya todo son problemas y que ninguno se soluciona nunca, sino que se eterniza y se reproduce y que donde sólo había un problema aparece enseguida otro y luego otro y aún otro más, despuntando de repente y como por ensalmo, por donde ni sospechábamos y venga, pues, otro más a la cola, al corro, al enorme agujero negro, que ahí nada ocupa lugar, y a sumarse también, cómo no, a la orgía general de los sucesivos problemas, los viejos y nuevos, los reales y los imaginarios, los de siempre y los de nunca, todos a la vez y reunidos de golpe y porrazo, como un aluvión de problemas prendiendo como brotes acres de impotencia, malestar, fatiga, de infinito hastío y mundo en obras sin más destino que el previsible desalojo. O el fin de la frase porque, de vez en cuando, hay que detenerse y recuperar el aliento, aunque no sea fácil.
Repudio las simplificaciones. Podría aseverar que todos nuestros problemas se reducen a uno, a Cort. Pero no es así. También están el Consell, el Govern, las mil conserjerías solapadas, los candados y mordazas a la educación y la cultura, la timba inmoral de la sociedades recaudatorias, la enajenación vial, la red de subvenciones de ida y vuelta, el caos turístico y la sanidad apaleada. Ya estoy próximo al éxtasis y, sin embargo, qué poco me gusta lo que veo. Lo que digo. Lo que callo.
Pero centrémonos en Cort. Describirlo como el Ayuntamiento de unos cuantos es decir muy poco, pero es que se han ayuntado los peores y asquea verlos dando tumbos como peonzas desnortadas. Siembran el desconcierto y sonríen. Ahora quieren peatonizar a su antojo y hasta cobrarnos por circular por el centro urbano. Tienen un informe de conclusiones y un plan de acción al que llaman Agenda Local 21, obra de la concejala verde, Magdalena Palou. Verde, porque quizá sea marciana. No lo sé. Pero, más bien, creo que no se han dado cuenta que, a este paso, Palma hará palidecer la terrorífica leyenda del Área 51, ese lugar que oficialmente es una base militar, pero donde muchos piensan que se conserva, quizá en formol, a más de un alienígena. O a un ejército de ellos. Como en Cort, la alcaldesa de Palma y sus aliados, vaya.

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