LA TELARAÑA: Pesadillas y espejismos

jueves, diciembre 15

Pesadillas y espejismos

La Telaraña en El Mundo.


A veces, uno se levanta -muy a su pesar- con el rescoldo a cuestas, y medio prendido, de alguna pesadilla que parece, aunque nos cueste creerlo, haber sobrevivido a la tormenta de las primeras luces del día. No es muy habitual, pero sucede; y es entonces cuando el mundo de los sueños y el de las cosas se entremezclan y confunden: son, siquiera en un breve lapso de tiempo, el incómodo lugar donde el temblor onírico de algún eco interior y la obligación de atender a la realidad danzan al compás de una misma música.
No sé cuál es, pero tanto da. A algunos les pueden valer la OCB y Al-Mayurqa en Ona Mallorca. A otros no. Será que esa música no existe o no es única ni convoca a todos por igual. Y hasta puede que sea mejor elegirla como si al azar. Ahora, por ejemplo, escucho «Brain Damage», daño cerebral, una venerable canción de Pink Floyd. Sólo dura unos minutos. Como la lectura de estas líneas, más o menos.
Pero hay que aprovechar las imágenes y asirlas como si fueran reales. Por vez primera, Maria Antònia Munar me pareció, en su reciente cita con el juez, una persona de carne y hueso y no un cadáver exquisito. Un ser cargado de años y arrugas, y quizá de pesadillas, y no un atentado ambulante contra el buen gusto, una mujer corriente y no un rompecabezas de soberbia, poder y vanidad. Ya se sabe que el tiempo no cura nada. Pero siembra espejismos. Sólo está por ver cuál es la cosecha.

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