LA TELARAÑA: Anécdotas y ficciones

lunes, febrero 27

Anécdotas y ficciones

La Telaraña en El Mundo.

La realidad es una sucesión de luces y sombras en movimiento o quietud, una danza virtual bajo múltiples perspectivas, un corro de imágenes encadenadas con mayor o menor maestría. Martin Scorsese se luce, como pocos, en el prólogo de su película, «La invención de Hugo», y no importa que la historia, después, nos interese o no. Lo que vale es el cómo se nos narran las cosas que pasan o no pasan. Cuántas veces una sola metáfora sobre un lugar vacío y anónimo -si no irreal- nos despierta el fulgor o la fe en aquello que fuimos y somos. O seremos.
Pero nos aferramos a las anécdotas para tener dónde apoyar tanta gramática en el aire de las ideas y tanto tropiezo en el lodo de los hechos, acciones y omisiones. No extraña que nos venza cierto tipo de miedo o desaliento por lo mucho que suele ir -y seguirá yendo- de la realidad al deseo. En ese abismo, cuántas buenas intenciones se pudren, se pervierten y desaparecen.
Es lógico, pues, que en cualquier tertulia se nos escape el resquemor hacia la fragilidad de nuestra forma actual de vida. Cuesta reconocer que la ficción del Estado del Bienestar -con todos los derechos que, por adquiridos, creíamos vitalicios- se resquebraje como un castillo de naipes. Lo diré en voz baja. No me parece mal -ni bien- que todo se venga abajo, pero me parece horrible que no seamos capaces de mirar de frente al fracaso y de recuperar, en vez de perdernos en algaradas callejeras, la dignidad del que no tiene otra que reinventarse y reconstruir su futuro.

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