LA TELARAÑA: El asesino de la moto

viernes, marzo 23

El asesino de la moto

La Telaraña en El Mundo.

Primero era un neonazi y, luego, un muyahidín o un salafista. Pero Mohamed Merah es, hoy, tan sólo un cadáver. Todo ha concluido, pues, o casi, porque todo tiende a desaparecer o a ocultarse; al menos hasta que renace y regresa, como en una pesadilla cíclica donde no se sabe si estamos despiertos o dormidos.
Pero es así, con los más diversos epítetos, como logramos calmarnos y echarle, siempre, las culpas a un loco o un fanático cualquiera, a uno más de entre los criminales que van de un lado a otro sin que nadie sepa de ellos, salvo cuando salen en los medios, porque la violencia ha estallado y hay víctimas y el país está de luto y repican campanas y alguien lee discursos en francés y en hebreo o en árabe, y se amontonan las flores y el Estado del Bienestar se estremece y alguien llora y sigue llorando, porque las víctimas son los inocentes de siempre, y hay que defender nuestro modo de vida, porque no hay otro y, si lo hay, es mucho peor, o eso creemos, y en estas estamos. Yendo y viniendo, pisoteando los madrigales y dando de comer a los cerdos.
Cambio de tercio, pero no sé si de tono. La Federació Llull, formada por la OCB, Acció Cultural del País Valencià y Òmnium Cultural, quiere animarnos la tarde dominical con otra manifestación por la lengua. Fíjense en el oxímoron. Las tres organizaciones se autocalifican de culturales. Me da que hoy no he logrado zafarme de los eufemismos. 

Etiquetas: