La mortaja de la UIB
La Telaraña en El Mundo.
No sé si hay algo peor que andar entrometiéndose en todo, como si la realidad, sin ti, no fuera a ser la misma y sólo tú, con tu presencia, pudieras darle sentido a lo que ocurre o deja de ocurrir. Porque donde no se te espera ni se te necesita, lo más fácil es que, tampoco, se te eche en falta y sí, en cambio, que suceda que sobras -y como un clamor, además- a poco que acudas para imponer tus doctrinas y opiniones, el plomo grisáceo de tu mal aliento, el perfil acuchillado de tu perversa sombra. Tu pésimo fario.
No estoy pensando, con este párrafo, en el apoyo del PSIB a la manifestación, ayer en Palma, de los de siempre contra lo de siempre, contra cualquier apuesta por la libertad de elección de lengua, la convivencia y el diálogo, la libertad sin ira y la educación sin grilletes. Bastante tiene ya el PSIB con su resaca de poder perdido, su brújula sin norte o en manos del patrioterismo más rupestre, como para exigirle, encima, cordura. No. Mejor esperar a que la recobren por sí solos, si pueden y quieren. Si saben. Y si creen que procede.
Lo de la UIB, no obstante, sí que se ajusta, como una mortaja a un cadáver, al delito continuado de usurpación de la realidad civil, con sus jácaras pseudocientíficas sobre la realidad lingüística de las Islas y su enconada militancia geopolítica y sectaria. Es lamentable que Monserrat Casas, en vez de apoyar a la gente válida, que la hay, de sus claustros, se empeñe en cojear, siempre, del lado infame del nacionalismo y la intolerancia.
Etiquetas: Artículos
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