En Hipertelía (1982)
Bosquejos de danza. Todo inmóvil. La palabra, rictus grandioso, como lluvia fina, remolinos de ázoe a nuestro paso. Ella, aquí, allá, una desatada gramática.
Las palabras y los cuerpos. Promiscuidad. Conocimiento y tristeza siempre de la mano. Cada instante: un sol de súbitos ardores.
Son ángeles, seres abandonados. Todo lo poseen: jamás escribirán palabra alguna sobre la superficie de los espejos.
Nublánse las luces a la caída de la tarde, sencillamente retraído en una cómoda retirada. La ciudad ojea calles desiertas y en los balcones ondean banderas. Llueve y ventea: papeles, flores y palabras: huraños mendigos que ríen, demacrados e hirientes, brillando sus ojos de charol.
Lo indefinible me conmueve. Certera diana este pensamiento, este acto inconcreto: simple reseña de una posibilidad, la que auguramos más profunda.
No he querido corregir ni una coma... A ver si algún día me animo, escaneo el libro al completo y os lo cuelgo en los digitales. A ver...
Bosquejos de danza. Todo inmóvil. La palabra, rictus grandioso, como lluvia fina, remolinos de ázoe a nuestro paso. Ella, aquí, allá, una desatada gramática.
Las palabras y los cuerpos. Promiscuidad. Conocimiento y tristeza siempre de la mano. Cada instante: un sol de súbitos ardores.
Son ángeles, seres abandonados. Todo lo poseen: jamás escribirán palabra alguna sobre la superficie de los espejos.
Nublánse las luces a la caída de la tarde, sencillamente retraído en una cómoda retirada. La ciudad ojea calles desiertas y en los balcones ondean banderas. Llueve y ventea: papeles, flores y palabras: huraños mendigos que ríen, demacrados e hirientes, brillando sus ojos de charol.
Lo indefinible me conmueve. Certera diana este pensamiento, este acto inconcreto: simple reseña de una posibilidad, la que auguramos más profunda.
No he querido corregir ni una coma... A ver si algún día me animo, escaneo el libro al completo y os lo cuelgo en los digitales. A ver...
Etiquetas: Creación, Literatura
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