LA TELARAÑA

sábado, octubre 25

En el hueco más oscuro de la escalera compartíamos la fatiga y el reflejo lento de la sangre líquida. Te hablaba al oído de los tentáculos de la Quimera y sé que cuando sonaban las sirenas te dibujaba silenciosas hélices con forma de sonrisa - o de alarido desfigurado por el pánico y esa estampida de labios.

Quizá le robaba así un abrazo al miedo, ya no recuerdo.

Luego el placer era enseñarte esas líneas que escribía para ti sabiendo que no ibas a leerlas. Las escribía sólo por eso.

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